En este día se cumplen exactamente tres años de la fecha en la que falleciera uno de los personajes más intrigantes y siniestros de la política mexicana, cuyo solo nombre infundía terror en muchos de los que lo conocieron de cerca. Este sujeto no se detenía ante nada. Llevaba una doble vida, y carecía de toda moral y escrúpulos en la vida secreta que llevaba en la cual ejerció su autoridad con mano de hierro equiparable a lo que sucede en los regímenes totalitarios de corte dictatorial. Su existencia era una paradoja repleta de burdas contradicciones e incongruencias. Prueba de ello es que mientras que por un lado denostaba rabiosamente a las fraternidades masónicas por no abrir sus reuniones (conocidas como tenidas) al público y por iniciar a los nuevos miembros pidiéndoles un compromiso de confidencialidad, al mismo tiempo fundó una terrible sociedad secreta que, esa sí, comprometía a sus seguidores de por vida con un siniestro juramento de lealtad que, en caso de la más mínima desobediencia, el sanguinario sujeto creía que ello le daba pleno derecho de disponer de las vidas de aquellos que tuviesen la más mínima osadía de tratar de romper las cadenas impías con las cuales los encadenaba de por vida. Lo que él puso en marcha fue ni más ni menos una conspiración de alcances nacionales que desde la ciudad de Guadalajara alentó la formación de otras sociedades secretas basadas en el mismo molde perverso con el que fueron fundados Los Tecos, derivando eventualmente en la creación de la Organización Nacional del Yunque, la sociedad secreta de extrema derecha más poderosa que se haya creado en todo el continente americano, rabiosamente antisemita, rabiosamente anti-Juarista, rabiosamente anti-Republicana, rabiosamente homofóbica, rabiosamente enemiga de las democracias y admiradora de regímenes totalitarios fascistas como los regímenes de Francisco Franco y Adolfo Hitler, todo bajo la bandera de “salvar a México del comunismo y del socialismo” que en realidad no era más que una bandera para permitirle a él en lo personal el poder acumular en forma desmedida riquezas y poder que no estaba dispuesto a compartir con nadie.
Además de intolerante en grado supremo, era extremadamente cruel, ensañándose con sus supuestos enemigos, reales e imaginarios, y varios de los crímenes que él mismo ordenó desde su lujoso escritorio tenían como propósito intimidar a sus demás “soldados” enviándoles la clara advertencia-amenaza sobre lo que podía sucederle a cualquiera que tan siquiera se le ocurriera por un solo momento el atrevimiento de “salirse del huacal” desobedeciendo sus órdenes, contraviniendo el juramento de lealtad con el cual quería mantenerlos encadenados a él por el resto de sus vidas, algo así como venderle el alma al Diablo sin posibilidad alguna de escapatoria.
Las armas predilectas de este sujeto siempre fueron la simulación, la perfidia, la insidia, la traición, los golpes bajos escondiendo la mano después de darlos, la infiltración y el engaño. Su principal fuente de abastecimiento para hacer crecer a su ejército oculto de agentes encubiertos y seguidores fanatizados casi hasta la locura con la propaganda neo-Nazi que auspiciaba principalmente desde la ciudad de Guadalajara eran las instituciones de educación privada que le permitieron enriquecerse a manos llenas. A sus recién “iniciados” desde el primer día de su reclutamiento se les pedía empezar a actuar como “soplones” en contra de sus propios compañeros de clase (ésta práctica aún continúa hasta nuestros días dentro de la Universidad Autónoma de Guadalajara), obligándolos a poner en práctica las tácticas de simulación, perfidia, insidia, traición, golpes bajos, infiltración y engaños en las cuales este sujeto depositaba todas sus esperanzas para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México con él moviendo los hilos detrás del telón. Pero el indoctrinamiento en el neo-fascismo antisemita y el convertir a sus estudiantes en delatores de sus propios compañeros de clase era tan solo el principio de la preparación con la cual esperaba que sus seguidores, encadenados a él de por vida con un infame juramento de lealtad disfrazado con simbología religiosa terminaran ya como profesionistas graduados de la Universidad Autónoma de Guadalajara en una peligrosísima quinta columna presta para infiltrar y tomar control encubierto de instituciones políticas como el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional, y de instituciones públicas como el mismo Ejército mexicano y hasta las instituciones del gobierno federal como la Secretaría de Gobernación, precisamente las mismas instituciones encargadas de proteger a la República de este tipo de amenazas.
Difundiendo a través de sus emisarios y sus soldados encubiertos el mito de la fantasiosa “gran conspiración judía masónica comunista” (basada en lo que hoy es considerado como uno de los fraudes literarios más grandes de todos los tiempos, el libelo ruso Los Protocolos de los Sabios de Sión), y aprovechando la histeria anticomunista desatada en México a raíz de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, con la astucia de la serpiente el tipo logró asustar a varios de los más prominentes empresarios de México, empezando por los asociados con casas tequileras del Estado de Jalisco, convenciéndolos de que México estaba a un paso de caer bajo la órbita de un régimen comunista en el cual todas sus propiedades y fortunas les serían confiscadas y que todos ellos serían asesinados por ser “capitalistas burgueses explotadores del pueblo”. Le empezaron a soltar cientos de millones de pesos para que pudiera llevar a cabo “su lucha” (irónicamente, una repetición histórica de la manera en la cual prominentes empresarios alemanes como los Krupp le empezaron a soltar enormes sumas de dinero a Adolfo Hitler para que pudiera llevar a cabo sus intrigas y sus planes consignados en su libro Mi Lucha), permitiéndole de este modo por un lado el ir construyendo su imperio secreto, y permitiéndole por el otro lado el poder financiar la publicación masiva de literatura neo-Nazi antisemita para ser distribuída y vendida en grandes cantidades no solo en la ciudad de Guadalajara y en el Estado de Jalisco sino en todo México. Al hacer tal cosa, varios empresarios tequileros prominentes del Estado de Jalisco y posteriormente empresarios acaudalados de México se convirtieron en cómplices de las intrigas y crímenes de este hombre, aunque en descarga de tales empresarios se puede argumentar que nunca los tuvo al tanto de la terrible conspiración nacional que había puesto en marcha y mucho menos de los terribles y bárbaros crímenes que estaba cometiendo sin tener al menos la hombría de darle la cara a sus centenares de víctimas y hacerles por su propia mano las atrocidades que ordenaba que se cometieran en su nombre. De haberlo sabido, es muy posible que los acaudalados empresarios que lo apoyaban le habrían retirado todo apoyo económico dejándolo solo en loca aventura.
De este modo, el cáncer social que nació en la ciudad de Guadalajara tras la conclusión de la Guerra Cristera y los intentos gubernamentales de implantar la educación socialista en México empezó a extenderse hacia otros Estados, con la fundación de sociedades secretas basadas todas ellas en el mismo molde forjado en la Universidad Autónoma de Guadalajara, entre ellas el M.U.R.O. creado dentro de la Universidad Autónoma de México (UNAM), universidad a la cual estaba incorporada la Autónoma de Guadalajara, hasta la poderosaOrganización Nacional del Yunque sobre la cual no le fue posible mantener el contro absoluto que hubiera deseado como lo hacía con otras sociedades secretas fomentadas y alentadas por él en el resto de la República.
La mayor ambición en la vida de este hombre ruín siempre fue el establecimiento en México de un gobierno paralelo secreto con él controlando los hilos detrás del telón ayudado por una amplia y creciente red de agentes encubiertos suyos que fue diseminando por toda el país. Sería, de acuerdo a sus megalómanos planes propios de una mente enferma tan enferma como la de otros tiranos de ultraderecha tales como Francisco Franco y Augusto Pinochet, el verdadero Presidente de México, pero con la peculiaridad de actuar jamás dando la cara como tal pero de cualquier forma ejerciendo su poder e imponiendo su autoridad de mil maneras, siempre trabajando al amparo de las sombras. En el año 2000 con la ayuda de sus seguidores logró dar su golpe más espectacular contribuyendo a llevar a la silla presidencial a un hombre originario del ultraconservador Estado de Guanajuato, Estado de profunda raigambre Cristera y Sinarquista, un hombre surgido de las mismas filas de la derecha ultraconservadora de México, profundamente anti-Juarista pero proclamándose al mismo tiempo profundamente Republicano, exhibiendo con ello las mismas incongruencias de la gente que milita en este tipo de ideologías radicales de la derecha extrema. Tras el golpe dado en el año 2000, nuevamente en el año 2006 y pese a su salud deteriorada repitió su hazaña movilizando todos los recursos a su alcance para impedir a toda costa que pudiera llegar a la Presidencia un candidato presidencial postulado por la izquierda de México, Andrés Manuel López Obrador, pintándolo como “todo un peligro para México” al amparo de una feroz guerra sucia mediática imposible de ser olvidada. Pero no solo fue un factor importante en el 2006 para impedir que, según su óptica torcida, el molino de viento que él llamaba “el comunismo judaico masónico” se pudiera dizque “apoderar de México”. También en su propio Estado, el Estado de Jalisco, ordenó la movilización de todos los recursos a su alcance para llevar a la gubernatura a un individuo asociado directamente con lo más obscuro y siniestro de la extrema derecha neo-Nazi de dicho Estado, usando también para ello las mismas tácticas de guerra sucia mediática desplegadas en la campaña presidencial del 2006.
Sin embargo, este individuo torvo y siniestro no contaba con que, ya para entonces, empezó a fluir libremente y sin censura alguna a través de Internet toda la información que se había esmerado en mantenerle oculta al pueblo de México, y con el paso de los días y los meses una cantidad creciente de mexicanos se fueron enterando por vez primera lo que realmente era la Organización Nacional del Yunque, lo que realmente era la sociedad secreta Tecos operando desde la Universidad Autónoma de Guadalajara, lo que realmente estas sociedades secretas se traían entre manos, los mitos y las fantasías de la propaganda extremista tan laboriosamente fraguada por esta gente que fue cayendo como castillo de naipes al quedar expuestas las mentiras con las cuales fue urdida esa propaganda enajenante. Impotente, pudo ver en los últimos días de su vida cómo la monstruosidad edificada por su mano impía empezó a desmoronarse, y cómo la verdad sobre el terrible secreto que ocultaba la Universidad Autónoma de Guadalajara empezó a llegar a las demás universidades no solo de México sino del mundo entero. Su periódico Ocho Columnas con el cual quería controlar y manipular a la opinión pública no sólo no se convirtió en un periódico nacional como EL UNIVERSAL, LA JORNADA y REFORMA, sino que terminó sus operaciones normales cerrando sus puertas. Y su equipo de futbolTecos, al cual se le cambió el nombre al de Estudiantes Tecos para tratar en vano de establecer una disociación con el verdadero significado de la palabra Tecos, esto es, la sociedad secreta que puso en marcha una conspiración nacional de ultraderecha, terminó cayendo de la primera división y terminó “arrastrando la toalla” dando lástimas, y les tuvo que ser necesario el movilizar nuevamente todos sus recursos y sus poderes de convencimiento para que el hombre más rico de México, Carlos Slim, accediera a comprarles el equipo de futbol salvándolo de la desgracia total y la ignominia, con la única condición impuesta en la compra-venta de que el equipo retendría su nombre de Estudiantes Tecos.
Cuando murió, la expulsión del Partido Acción Nacional (infiltrado hasta la médula en puestos clave tanto por gente indoctrinada por Tecoscomo por gente afiliada a la Organización Nacional del Yunque) de la Presidencia de México estaba ya en marcha, una expulsión que tuvo lugar en el año 2012. Pero no solo tuvo lugar la expulsión del PAN de Los Pinos. También en el Estado de Jalisco fue expulsado el PAN de la gubernatura de dicho Estado, recuperándose de las manos de la derecha extrema una posición de poder que jamás deberían de haber detentado, lo cual permitió ir desenmascarando los niveles inauditos de corrupción incurridos por quienes decían (mintiendo, como siempre) que su único interés era “salvar a México del comunismo” y “servir a la Nación”. Hoy muchos mexicanos ya saben cómo gobierna la derecha ultraconservadora de México. La guerra sangrienta desatada por Felipe Calderón que le dejó al país una estela de 80 mil cadáveres y 25 mil desaparecidos parte de la iniciativa tomada por el Presidente Calderón para sacar al Ejército mexicano de los cuarteles y usando a las tropas para su “guerra contra el narcotráfico”. ¿Quién, a fin de cuentas, resultó ser el verdadero “peligro para México”? ¿En dónde quedaron las promesas luminosas de bienestar y prosperidad que tanto habían repetido estos hipócritas en caso de llegar a la cima del poder con el respaldo del pueblo de México? ¿Qué general del Ejército está ondeando hoy la bandera de la victoria proclamando un “triunfo” a resultas de la guerra desencadenada por Felipe Calderón, en el 100avo aniversario del Ejército mexicano? ¿En dónde está el triunfo prometido? ¿En dónde quedó la victoria?
En el aniversario de la muerte de este sujeto intrigante y perverso, quienes creen en la existencia de un plano espiritual superior en donde los humanos responderán por sus actos llevados a cabo en su vida terrena, solo pueden tratar de imaginar así sea en forma remota los diversos escenarios de lo que pudo haber ocurrido con el alma de este individuo al presentarse a rendir cuentas. Hay varios escenarios posibles. Uno de ellos es el que se pudo haber llevado a cabo entre el hombre a quien simplemente simbolizaremos como “ALAC”, y un ser espiritual del más allá, el ángel encargado de recibirlo en ese plano espiritual, es el siguiente. El veredicto final, desde luego, es competencia exclusiva de una autoridad suprema, en donde deben resonar las palabras de Jesús de Nazareth quien dijo en el Sermón del Monte: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”:
ALAC: ¿Verdad que hice muy bien en fomentar y atizar un odio sumamente duro, lo más duro posible, en contra de todos los judíos, mujeres y hombres, niñas y niños?
Ángel: Sí, lo hiciste muy bien. Estoy orgulloso de tí.
ALAC: ¿Verdad que también hice muy bien en actuar como canalizador de las fuentes primarias de financiamiento de varios de los libros y revistas publicados en México con los cuales estuve promoviendo el odio en contra de todos los judíos, mujeres y hombres, niñas y niños, libros necesarios para poder allegarme y reclutar seguidores míos fieles a la causa secreta que yo fundé?
Ángel: También eso lo hiciste muy bien. Nadie en todo México e inclusive en toda Latinoamérica lo podría haber hecho mejor que tú.
ALAC: La gran fortuna que amasé en vida, con muchos bienes terrenos y materiales, tenía derecho a ella, ¿no es así? ¿Acaso no era mi merecida compensación a la promoción que hice?
Ángel: Si, estoy de acuerdo; tenías derecho a llenarte de mucha fortuna monetaria y de promoverte mucha gloria, tomando todo eso como tu justa compensación por tus servicios a la causa de la cual te proclamaste a tí mismo como protector y difusor supremo.
ALAC: ¿Verdad que hice muy bien en mandar matar a todos los que mandé matar, en mandar lesionar y dejar mutilados o incapacitados de por vida a todos los que ordené lesionar y a todos los que ordené mutilar y dejar incapacitados de por vida; y en haber ordenado la expulsión de mi universidad de todos aquellos a quienes consideraba que no estaban de acuerdo al cien por ciento con todas mis creencias personales, logrando con ello la destrucción total de sus vidas, sus esperanzas, sus sueños y sus ilusiones? ¿Verdad que hice muy bien en tomar en mis manos atribuciones de juez absoluto ordenando hacer todo lo que se hiciera en mi nombre, y en actuar como lo hice sin jamás conceder misericordia ni compasión alguna?
Ángel: Todo eso también lo hiciste muy bien. Creémelo, que todo ello te será tomado muy en cuenta ahora que estás aquí.
ALAC: Aquellos a quienes hice que fueran juramentados bajo mi servicio por el resto de sus vidas, mis “soldados” encubiertos, mis queridos caballitos de Troya a los que fui enviando y repartiendo como emisarios míos a mi servicio incondicional para que se fueran incrustando en posiciones clave del gobierno en todos sus niveles, ¿los veré en donde yo voy a estar?
Ángel: ¡Oh, eso te lo puedo garantizar! No solo los volverás a ver. Vas a estar nuevamente con ellos por mucho tiempo, al igual que ellos van a estar nuevamente contigo por mucho tiempo. Van a estar todos juntos por mucho, mucho tiempo. Ellos en algún momento te lo juraron, y a su debido tiempo cada uno de ellos lo irá recordando. En eso no hay marcha atrás. Está el juramento de lealtad que te hicieron de por medio.
ALAC: ¿Cuánto tiempo?
Ángel: Ya lo sabrás, ya lo sabrás.
ALAC: Aunque nunca tuve en mis manos ninguna autorización escrita de la Iglesia Católica para ello, ¿verdad que hice muy bien en usar símbolos religiosos del catolicismo en las ceremonias secretas ordenadas por mí para darle con ello una aureola de santidad y una apariencia de aire sacro a los juramentos con los cuales fui reclutando seguidores y soldados secretamente a mi servicio con el paso de los años? ¿Verdad que estaba en todo mi derecho para hacer que mis seguidores y soldados se sintieran mucho más comprometidos hacia mí a causa del ambiente sagrado que le infundí a los ceremoniales de juramentación de lealtad perpetua?
Ángel: Efectivamente, estabas en todo tu derecho para usar tales cosas y así unirlos a tí de por vida de esa manera. Son tuyos, todos ellos son tuyos, y te seguirán por siempre a donde tu vayas, porque no les quedará más opción que seguirte a donde quiera que tú estés. Ellos así lo decidieron por su propia voluntad, y se hará tal y como ellos lo quisieron desde el preciso momento en el que tomaron el juramento, juramento que jamás revelaron ante ningún sacerdote católico en secreto de confesión.
ALAC: ¿Verdad que hice bien en usar para las ceremonias de juramentación y para las reuniones secretas de la organización que fundé y promoví los cuadros y las imágenes con el rostro de...?
Ángel: ¡Calla! No es necesario que menciones su nombre. Ya sabemos de quién se trata. Pero sí, hiciste muy bien en usar sus imágenes para tus propósitos personales y los propósitos de tu organización secreta que a fin de cuentas eran tus propios propósitos.
ALAC: Aquellos a los que mandé matar, hice bien en no hacer el trabajo sucio con mis propias manos, ¿verdad? ¿Acaso no era lo justo y lo correcto que otros fueran los que se mancharan sus manos con la sangre de esos impuros a los cuales yo juzgué y condené a recibir el castigo que se les dió? ¿Verdad que no hubo cobardía de mi parte?
Ángel: Bueno, la responsabilidad de ordenar algo así siempre se comparte por igual entre quien lo ordena y quien lo ejecuta. Pero en una cosa sí tienes toda la razón. ¿Para qué manchar tus propias manos con la sangre de aquellos sobre los cuales ordenaste que se derramara su sangre sobre el suelo, teniendo para ello a tus propios leales e incondicionales cancerberos que bajo la bandera del nacionalismo que les inculcaste con tus materiales doctrinarios estaban dispuestos a todo, inclusive a morir peleando por tí si así se los pedías? Que los sirvientes hagan el trabajo que se les ordena, para eso están y para eso son de utilidad. Para eso tiene el rey a sus peones. Y todos ellos siempre supieron el precio que tenían que pagar si flaqueaban en su lealtad hacia tí o desobedecían tus órdenes.
ALAC: Mis hijos, ¿estarán todos conmigo en donde yo voy a estar por el resto de la Eternidad?
Ángel: Lamento decepcionarte un poco. No todos van a estar contigo en el lugar que se te tiene reservado por el resto de la Eternidad. Pero la mayoría de ellos sí que van a estar contigo, eso te lo puedo asegurar, sobre todo aquellos a los que formaste a tu imagen y semejanza para perpetuar tu obra y tus planes.
ALAC: Mi hijo predilecto, mi hijo Toño, ¿seguirá fielmente mis pasos y continuará con la obra que yo inicié, continuará con lo que eché a andar para extender los alcances de mi imperio por todo México, honrará a su padre siendo lo mismo que lo que yo fuí en vida?
Ángel: En eso tienes casi un 99 por ciento a tu favor. Sin embargo, no te puedo garantizar que en un momento dado tu hijo Toño no dará marcha atrás, que no recapacitará, y decidirá querer hacer otra cosa con su vida excepto continuar la edificación de lo que tú pusiste en movimiento; después de todo, tú no eres él y él no es tú. El libre albedrío es una cosa muy curiosa, y se dan los casos en los cuales alguno que otro ejerce ese derecho otorgado por una autoridad suprema para darle otro rumbo a su vida. En realidad, no te puedo garantizar nada con respecto a él, eso sólo ocurrirá cuando haya fallecido y esté frente a mí como tú estas en estos momentos.
ALAC: ¿Me encontraré nuevamente con mi gran e inolvidable amigo Carlos Cuesta Gallardo?
Ángel: ¡Oh, no te preocupes por ello! Lo volverás a ver, y no solo lo volverás a ver sino que ambos compartirán juntos el lugar que se les tiene reservado por sus obras y acciones llevadas a cabo en el mundo terrenal.
ALAC: Qué bueno que me lo dices.
Ángel: ¿Algo más?
ALAC: No, en lo absoluto. Estoy ansioso porque me lleves al lugar en donde recibiré mi justo premio por las obras y las acciones que llevé a cabo en vida.
Ángel: Pues acompáñame, que tu premio te está esperando, al igual que el premio reservado a todos tus colegas y a todos tus seguidores que amarraste a tí con el juramento de lealtad que ellos de su propia voluntad te rindieron.
ALAC: No puedo esperar más. ¡Vamos! ¡Vamos!
Terminada la conversación, ambos se desvanecen al llevarse el Ángel al personaje en cuestión para darle el premio que se ganó a pulso con todo lo que hizo en vida, su justo y merecido premio.
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