El 23 de marzo del 2010, después de una revisión exhaustiva de pruebas y testimonios, una corte alemana en Aachen encontró culpable a un oficial de las SS por el asesinato de civiles holandeses durante la Segunda Guerra Mundial cuando formaba parte de un escuadrón de la policía especial Nazi.
El oficial Nazi, de nombre Heinrich Boere, había logrado eludir a la justicia holandesa por medio siglo después de haber sido sentenciado a muerte en ausencia en Holanda en 1949 (castigo conmutado más tarde a cadena perpetua), carcajeándose de la justicia holandesa mientras continuaba tranquilamente su vida en Alemania dándose a sí mismo todas las oportunidades y privilegios que le negó a sus víctimas en Holanda. Y al estar burlándose de la justicia holandesa por tanto tiempo, Boere se había convertido en un pesado lastre para Alemania, sobre todo para la justicia alemana a la cual se le acusaba de estar amparando a criminales de la peor ralea rehusándose a abrir un pasado doloroso y vergonzoso del cual el multiasesino Heinrich Boere formó parte. Ante la imposibilidad de seguir amparando a este criminal de las SS convirtiendo con ello a la justicia alemana en hazmerreír del mundo, las autoridades alemanas no tuvieron más remedio que llevar a juicio a Boere permitiéndole, eso sí, la mejor defensa que se le pudiera dar ante los fiscales y los acusadores, dándosele un privilegio caro que ninguna de las víctimas de este carnicero recibió en virtud de que para ninguna de sus víctimas durante la Segunda Guerra Mundial hubo juicio alguno en el cual se les proclamase culpables o inocentes de cualquier tipo de cargo. Los oficiales Nazis de las SS como Boere estaban acostumbrados a matar sin tener que rendirle jamás cuentas a nadie, y tal parece que entre más criminales fueran más beneplácito encontraban en los ojos de Himmler y Hitler. Una corte alemana ya había rechazado extraditarlo a Holanda porque determinó que podría tener nacionalidad alemana al igual que holandesa. Otra corte determinó que no sería obligado a cumplir su sentencia holandesa en una prisión alemana porque estuvo ausente en su juicio, habiendo huido a Alemania. Pero en esta ocasión Boere fue juzgado en Alemania con todos los beneficios de defensa que podía recibir de la justicia alemana. Y la conclusión de los jueces alemanes fue exactamente la misma que la conclusión a la que ya habían llegado los jueces holandeses, de que Boere era indudablemente un carnicero culpable de la muerte de civiles indefensos en Holanda, lo cual no asombró a los holandeses emparentados con las víctimas de Boere cuando la corte estatal de Aachen sentenció el martes 23 de marzo a Heinrich Boere a cadena perpetua por tres cargos de homicidio por la muerte de un propietario de una tienda de bicicletas, de un farmacéutico y otro civil en 1944 cuando era miembro del escuadrón aniquilador “Silbertanne”, una unidad conformada mayormente por voluntarios holandeses de la SS responsable de asesinatos cometidos en contra de sus propios compatriotas.
En el juicio emprendido por la justicia alemana en contra de Boere, este desvergonzado asesino recurrió cobardemente al mismo argumento que ha sido utilizado una y otra y otra vez por los mismos criminales de su ralea que fueron camaradas suyos en las SS homicidas durante la Segunda Guerra Mundial, diciendo que no tenía opción sino seguir las órdenes de asesinar. “Como simple soldado, aprendí a cumplir órdenes”, testificó Boere en diciembre del 2009. “Y sabía que si no cumplía mis órdenes estaría rompiendo mi juramento y yo mismo sería baleado”, señaló. No negó haber matado a quienes se le acusaba de haber matado, pero sí hizo hasta lo indecible por tratar de echarle a sus superiores todo el peso de la culpa por los crímenes con los cuales se empapó sus manos de sangre humana. Tomando en cuenta que, a excepción de los cobardes en la cima que como Hitler y Himmler escaparon por la puerta falsa sin tomar jamás responsabilidad alguna de lo que le hayan ordenado a sus inferiores hacer, los oficiales de las SS que no se suicidaron han negado haber dado órdenes de matar a nadie, al afirmar los verdugos de la SS en los rangos inferiores que ellos “sólo obedecían órdenes” y al afirmar sus superiores que ellos jamás dieron tales órdenes, pues todos los criminales y verdugos de las SS y la Gestapo serían inocentes desde arriba hasta abajo sin culpa alguna por los crímenes cometidos, al no haber nadie a quien echarle la culpa. De cualquier manera, en el caso de Heinrich Boere la fiscalía argumentó que Boere de hecho fue un miembro voluntario de la fanática SS a la que se unió poco después de que los Nazis invadieron su ciudad natal de Maastricht y el resto de Holanda en 1940. Y Boere no sólo fue miembro voluntario de las SS, se placía enormemente en los crímenes que cometía en contra de civiles indefensos, disfrutando el poder que tenía sobre las vidas de los demás al igual que lo disfrutan los sicarios enrolados en las filas del narcotráfico mexicano.
Heinrich Boere nació en Eschweiler, Alemania, en las afueras de Aachen, lugar en donde vive ahora y lugar en donde se llevó a cabo el juicio en contra de esta grotesca caricatura de ser humano. Hijo de un holandés y una alemana, se mudó a Holanda cuando era un infante. Testificó que decidió unirse (de su libre y propia voluntad) a la SS cuando tenía 18 años luego de que tras la invasión alemana a Holanda vio un cartel de reclutamiento firmado por Heinrich Himmler que “lo inspiró”. Después de combatir en el frente ruso, Boere terminó de regreso en Holanda como parte de “Silbertanne”, el escuadrón de la muerte que se cree fue responsable de 54 asesinatos en Holanda.
En la siguiente fotografía tenemos a Teunis de Groot, el hijo de una de las víctimas del inhumano Heinrich Boere, sosteniendo en su mano la foto de su padre de quien quedó huérfano por culpa de Boere:
En la siguiente fotografía tenemos un acercamiento de la fotografía del padre de familia cuya muerte a manos de Boere dejó a todos sus hijos en la orfandad sin que ello le causara el menor remordimiento al hombre que lo mató:
El padre de Teunis de Groot no era un judío. De haberlo sido, Heinrich Boere no se habría conformado con matar al padre de familia, habría matado a la familia entera con sus propias manos dando rienda suelta a su sadismo criminal por el cual eran temidos todos los bestializados oficiales de las SS. El padre de Teunis de Groot tampoco era un masón, no existe registro histórico alguno que lo ligue a logia masónica alguna. Y tampoco era un comunista. Y mucho menos era un soldado holandés combatiendo contra los Nazis ya sea como parte del ejército regular o como parte de un comando de ataque. Pero si como alegan los ultraderechistas de hoy en día, los Nazis estaban luchando “valerosamente” (¿?) en contra de la mitológica “gran conspiración judía masónica comunista”, ¿cuál era entonces la justificante para matar a este padre de familia dejando a sus hijos en la orfandad? Pues si bien este pobre hombre ni era judío ni era masón ni era comunista, lo que sí tenía en su contra era que no aprobaba la invasión Nazi de Holanda, no veía con buenos ojos que su patria fuese pisoteada por ese descarado invasor alemán que no había tenido más justificante para invadir a Holanda más que el hecho de que podía efectuar esa guerra de invasión empleando el sadismo y la fuerza bruta apuntalados con el enorme arsenal de armamentos que Hitler construyó en tiempos de paz en violación descarada y abierta a lo que Alemania había acordado en los Tratados de Versalles (los adherentes contemporános de la extrema derecha justifican hoy en día todas esas invasiones territoriales Hitlerianas como la que llevaron a cabo los Nazis en contra de Holanda con el argumento de que si Hitler lo había ordenado, entonces siendo Hitler un “genio militar” la invasión de Holanda y todos los demás países invadidos por los Nazis estaba justificado, simple y sencillamente porque lo había ordenado un “genio militar” que terminó perdiendo todo de una manera por demás catastrófica).
La siguiente fotografía nos muestra a Henk Feldmeijer, fundador del temible SS Sonderkommando Feldmeijer al cual perteneció Heinrich Boere, otro psicópata igual de sádico y asesino gracias a la misma propaganda reciclada que hoy en día está siendo utilizada para lavarle el cerebro a los nuevos reclutas de las organizaciones clandestinas de la extrema derecha en México, de quien el mismo Himmler dijo que representaba “el futuro de Holanda” al enviar sus mensajes de condolencias tras la muerte de Feldmeijer causada por una atinada bomba lanzada desde el aire por las fuerzas aliadas:
Es muy posible que Heinrich Boere haya cometido muchos más crímenes que aquellos por los que fue acusado y encontrado culpable, esto nunca se sabrá porque esta raza de víboras no solo es gente que goza y se place de su propio sadismo en contra de los demás que caen en sus manos sino que también son tipos cobardes que jamás confiesan aquellos crímenes que se sospecha que cometieron pero de los cuales no hay pruebas o evidencias que los inculpen, del mismo modo que jamás muestran arrepentimiento alguno ni piden perdón por lo que hicieron si no es como parte de un “show” cuando están en camino hacia el patíbulo a causa de aquellos crímenes por los cuales sí están perfectamente ubicados e identificados, y aún así hay quienes se muestran desafiantes e irredentos cuando tienen la horca puesta como ocurrió con el falaz propagandista Nazi Julius Streicher por quien la ultraderecha mundial no cesa de derramar sus lágrimas de cocodrilo.
Incapaces de digerir el que un tribunal alemán, ventilando el juicio públicamente y dándole al acusado todas las oportunidades de defensa que se le pueda dar inmerecidamente a un criminal de esta ralea, haya encontrado a Heinrich Boere culpable de los crímenes por los cuales estaba siendo acusado, y que haya sido sentenciado a cadena perpetua, ha dado pauta para que en el inframundo de la extrema derecha se estén haciendo circular los rumores -sin presentar pruebas para sustentar el dicho- de que todos los jueces y los fiscales involucrados en el juicio en contra de Heinrich Boere eran judíos, masones y comunistas, sin exceptuar a ninguno. Pero más increíble aún es que sobren jóvenes desorientados que crean en toda esta basura.
De cualquier manera, el juicio y la condena en contra de Heinrich Boere no producirá la misma dureza que el mismo juicio habría producido medio siglo atrás, por la simple razón de que el Heinrich Boere de hoy no es el Heinrich Boere de ayer, del ensoberbecido holandés que se enroló en las SS para poder dar rienda suelta a sus más bajos y criminales instintos sólo queda ya una piltrafa, tanto física como espiritualmente:
Para criminales como este despreciable remedo de ser humano ciertamente hubo mejores tiempos, como lo muestra la siguiente foto de ayer que hoy en día podría representar a cualquiera de los jóvenes reclutados dentro de organizaciones encubiertas de extrema derecha tales como la Organización Nacional del Yunque y los Tecos de la neofascista cristera Universidad Autónoma de Guadalajara a los cuales estas organizaciones siniestras están empeñadas en convertirlos en las mismas máquinas despiadadas de odio, destrucción y muerte como en su tiempo lo fueron Hitler, Himmler, Mengele, Eichmann, Klaus Barbie, y Heinrich Boere:
El oficial Nazi, de nombre Heinrich Boere, había logrado eludir a la justicia holandesa por medio siglo después de haber sido sentenciado a muerte en ausencia en Holanda en 1949 (castigo conmutado más tarde a cadena perpetua), carcajeándose de la justicia holandesa mientras continuaba tranquilamente su vida en Alemania dándose a sí mismo todas las oportunidades y privilegios que le negó a sus víctimas en Holanda. Y al estar burlándose de la justicia holandesa por tanto tiempo, Boere se había convertido en un pesado lastre para Alemania, sobre todo para la justicia alemana a la cual se le acusaba de estar amparando a criminales de la peor ralea rehusándose a abrir un pasado doloroso y vergonzoso del cual el multiasesino Heinrich Boere formó parte. Ante la imposibilidad de seguir amparando a este criminal de las SS convirtiendo con ello a la justicia alemana en hazmerreír del mundo, las autoridades alemanas no tuvieron más remedio que llevar a juicio a Boere permitiéndole, eso sí, la mejor defensa que se le pudiera dar ante los fiscales y los acusadores, dándosele un privilegio caro que ninguna de las víctimas de este carnicero recibió en virtud de que para ninguna de sus víctimas durante la Segunda Guerra Mundial hubo juicio alguno en el cual se les proclamase culpables o inocentes de cualquier tipo de cargo. Los oficiales Nazis de las SS como Boere estaban acostumbrados a matar sin tener que rendirle jamás cuentas a nadie, y tal parece que entre más criminales fueran más beneplácito encontraban en los ojos de Himmler y Hitler. Una corte alemana ya había rechazado extraditarlo a Holanda porque determinó que podría tener nacionalidad alemana al igual que holandesa. Otra corte determinó que no sería obligado a cumplir su sentencia holandesa en una prisión alemana porque estuvo ausente en su juicio, habiendo huido a Alemania. Pero en esta ocasión Boere fue juzgado en Alemania con todos los beneficios de defensa que podía recibir de la justicia alemana. Y la conclusión de los jueces alemanes fue exactamente la misma que la conclusión a la que ya habían llegado los jueces holandeses, de que Boere era indudablemente un carnicero culpable de la muerte de civiles indefensos en Holanda, lo cual no asombró a los holandeses emparentados con las víctimas de Boere cuando la corte estatal de Aachen sentenció el martes 23 de marzo a Heinrich Boere a cadena perpetua por tres cargos de homicidio por la muerte de un propietario de una tienda de bicicletas, de un farmacéutico y otro civil en 1944 cuando era miembro del escuadrón aniquilador “Silbertanne”, una unidad conformada mayormente por voluntarios holandeses de la SS responsable de asesinatos cometidos en contra de sus propios compatriotas.
En el juicio emprendido por la justicia alemana en contra de Boere, este desvergonzado asesino recurrió cobardemente al mismo argumento que ha sido utilizado una y otra y otra vez por los mismos criminales de su ralea que fueron camaradas suyos en las SS homicidas durante la Segunda Guerra Mundial, diciendo que no tenía opción sino seguir las órdenes de asesinar. “Como simple soldado, aprendí a cumplir órdenes”, testificó Boere en diciembre del 2009. “Y sabía que si no cumplía mis órdenes estaría rompiendo mi juramento y yo mismo sería baleado”, señaló. No negó haber matado a quienes se le acusaba de haber matado, pero sí hizo hasta lo indecible por tratar de echarle a sus superiores todo el peso de la culpa por los crímenes con los cuales se empapó sus manos de sangre humana. Tomando en cuenta que, a excepción de los cobardes en la cima que como Hitler y Himmler escaparon por la puerta falsa sin tomar jamás responsabilidad alguna de lo que le hayan ordenado a sus inferiores hacer, los oficiales de las SS que no se suicidaron han negado haber dado órdenes de matar a nadie, al afirmar los verdugos de la SS en los rangos inferiores que ellos “sólo obedecían órdenes” y al afirmar sus superiores que ellos jamás dieron tales órdenes, pues todos los criminales y verdugos de las SS y la Gestapo serían inocentes desde arriba hasta abajo sin culpa alguna por los crímenes cometidos, al no haber nadie a quien echarle la culpa. De cualquier manera, en el caso de Heinrich Boere la fiscalía argumentó que Boere de hecho fue un miembro voluntario de la fanática SS a la que se unió poco después de que los Nazis invadieron su ciudad natal de Maastricht y el resto de Holanda en 1940. Y Boere no sólo fue miembro voluntario de las SS, se placía enormemente en los crímenes que cometía en contra de civiles indefensos, disfrutando el poder que tenía sobre las vidas de los demás al igual que lo disfrutan los sicarios enrolados en las filas del narcotráfico mexicano.
Heinrich Boere nació en Eschweiler, Alemania, en las afueras de Aachen, lugar en donde vive ahora y lugar en donde se llevó a cabo el juicio en contra de esta grotesca caricatura de ser humano. Hijo de un holandés y una alemana, se mudó a Holanda cuando era un infante. Testificó que decidió unirse (de su libre y propia voluntad) a la SS cuando tenía 18 años luego de que tras la invasión alemana a Holanda vio un cartel de reclutamiento firmado por Heinrich Himmler que “lo inspiró”. Después de combatir en el frente ruso, Boere terminó de regreso en Holanda como parte de “Silbertanne”, el escuadrón de la muerte que se cree fue responsable de 54 asesinatos en Holanda.
En la siguiente fotografía tenemos a Teunis de Groot, el hijo de una de las víctimas del inhumano Heinrich Boere, sosteniendo en su mano la foto de su padre de quien quedó huérfano por culpa de Boere:
En la siguiente fotografía tenemos un acercamiento de la fotografía del padre de familia cuya muerte a manos de Boere dejó a todos sus hijos en la orfandad sin que ello le causara el menor remordimiento al hombre que lo mató:
El padre de Teunis de Groot no era un judío. De haberlo sido, Heinrich Boere no se habría conformado con matar al padre de familia, habría matado a la familia entera con sus propias manos dando rienda suelta a su sadismo criminal por el cual eran temidos todos los bestializados oficiales de las SS. El padre de Teunis de Groot tampoco era un masón, no existe registro histórico alguno que lo ligue a logia masónica alguna. Y tampoco era un comunista. Y mucho menos era un soldado holandés combatiendo contra los Nazis ya sea como parte del ejército regular o como parte de un comando de ataque. Pero si como alegan los ultraderechistas de hoy en día, los Nazis estaban luchando “valerosamente” (¿?) en contra de la mitológica “gran conspiración judía masónica comunista”, ¿cuál era entonces la justificante para matar a este padre de familia dejando a sus hijos en la orfandad? Pues si bien este pobre hombre ni era judío ni era masón ni era comunista, lo que sí tenía en su contra era que no aprobaba la invasión Nazi de Holanda, no veía con buenos ojos que su patria fuese pisoteada por ese descarado invasor alemán que no había tenido más justificante para invadir a Holanda más que el hecho de que podía efectuar esa guerra de invasión empleando el sadismo y la fuerza bruta apuntalados con el enorme arsenal de armamentos que Hitler construyó en tiempos de paz en violación descarada y abierta a lo que Alemania había acordado en los Tratados de Versalles (los adherentes contemporános de la extrema derecha justifican hoy en día todas esas invasiones territoriales Hitlerianas como la que llevaron a cabo los Nazis en contra de Holanda con el argumento de que si Hitler lo había ordenado, entonces siendo Hitler un “genio militar” la invasión de Holanda y todos los demás países invadidos por los Nazis estaba justificado, simple y sencillamente porque lo había ordenado un “genio militar” que terminó perdiendo todo de una manera por demás catastrófica).
La siguiente fotografía nos muestra a Henk Feldmeijer, fundador del temible SS Sonderkommando Feldmeijer al cual perteneció Heinrich Boere, otro psicópata igual de sádico y asesino gracias a la misma propaganda reciclada que hoy en día está siendo utilizada para lavarle el cerebro a los nuevos reclutas de las organizaciones clandestinas de la extrema derecha en México, de quien el mismo Himmler dijo que representaba “el futuro de Holanda” al enviar sus mensajes de condolencias tras la muerte de Feldmeijer causada por una atinada bomba lanzada desde el aire por las fuerzas aliadas:
Es muy posible que Heinrich Boere haya cometido muchos más crímenes que aquellos por los que fue acusado y encontrado culpable, esto nunca se sabrá porque esta raza de víboras no solo es gente que goza y se place de su propio sadismo en contra de los demás que caen en sus manos sino que también son tipos cobardes que jamás confiesan aquellos crímenes que se sospecha que cometieron pero de los cuales no hay pruebas o evidencias que los inculpen, del mismo modo que jamás muestran arrepentimiento alguno ni piden perdón por lo que hicieron si no es como parte de un “show” cuando están en camino hacia el patíbulo a causa de aquellos crímenes por los cuales sí están perfectamente ubicados e identificados, y aún así hay quienes se muestran desafiantes e irredentos cuando tienen la horca puesta como ocurrió con el falaz propagandista Nazi Julius Streicher por quien la ultraderecha mundial no cesa de derramar sus lágrimas de cocodrilo.
Incapaces de digerir el que un tribunal alemán, ventilando el juicio públicamente y dándole al acusado todas las oportunidades de defensa que se le pueda dar inmerecidamente a un criminal de esta ralea, haya encontrado a Heinrich Boere culpable de los crímenes por los cuales estaba siendo acusado, y que haya sido sentenciado a cadena perpetua, ha dado pauta para que en el inframundo de la extrema derecha se estén haciendo circular los rumores -sin presentar pruebas para sustentar el dicho- de que todos los jueces y los fiscales involucrados en el juicio en contra de Heinrich Boere eran judíos, masones y comunistas, sin exceptuar a ninguno. Pero más increíble aún es que sobren jóvenes desorientados que crean en toda esta basura.
De cualquier manera, el juicio y la condena en contra de Heinrich Boere no producirá la misma dureza que el mismo juicio habría producido medio siglo atrás, por la simple razón de que el Heinrich Boere de hoy no es el Heinrich Boere de ayer, del ensoberbecido holandés que se enroló en las SS para poder dar rienda suelta a sus más bajos y criminales instintos sólo queda ya una piltrafa, tanto física como espiritualmente:
Para criminales como este despreciable remedo de ser humano ciertamente hubo mejores tiempos, como lo muestra la siguiente foto de ayer que hoy en día podría representar a cualquiera de los jóvenes reclutados dentro de organizaciones encubiertas de extrema derecha tales como la Organización Nacional del Yunque y los Tecos de la neofascista cristera Universidad Autónoma de Guadalajara a los cuales estas organizaciones siniestras están empeñadas en convertirlos en las mismas máquinas despiadadas de odio, destrucción y muerte como en su tiempo lo fueron Hitler, Himmler, Mengele, Eichmann, Klaus Barbie, y Heinrich Boere:
Deja un comentario:
0 comentarios: