A diferencia de los gobiernos excluyentes en los cuales para poder gobernar un país forzosamente se tiene que militar no sólo dentro de cierto partido político y adherirse a cierto grupo de creencias sino inclusive se tiene que profesar cierto credo religioso o pertenecer a cierto grupo social o cierta raza, ha habido países con ciudadanos de mente abierta que están dispuestos a ser gobernados por quien consideran más apto para gobernarlos independientemente de su religión o de su raza. Un brillante ejemplo histórico de ello lo dió Inglaterra cuando en la Cámara de los Comunes el inglés de ascendencia judía Benjamín Disraeli logró convertirse en el Primer Ministro de Inglaterra. Algo así nunca podría haber ocurrido en la España fascista de Francisco Franco, en la Alemania Nazi de Adolfo Hitler, en el Afganistán de los Talibanes o en el otrora poderoso Imperio Español en el cual el Estado se fusionó con la Iglesia Católica a grado tal que tras darse la Independencia de México en 1810 los costos históricos de la separación Iglesia-Estado resultaron ser mucho más elevados de lo que deberían de haber sido.

Además de los numerosos ejemplos que encontramos en países europeos como Inglaterra y Francia, otro ejemplo de diversidad social lo ha estado dando repetidamente el pueblo norteamericano cuando tras las elecciones que se llevan a cabo periódicamente cuentan con representación en la Cámara de Representantes y en el Senado prominentes personajes de la política que representan una gama multicolor de razas y creencias religiosas, diversidad refrendada en las elecciones llevadas a cabo en el 2008 como nos lo confirma la siguientenota:

Congreso de EU contará con más presencia católica
Los Angeles Times
22 de diciembre del 2008

Cuando el Congreso 111 se reúna este 6 de enero, los budistas, musulmanes e hindúes no contarán con los suficientes representantes entre sus integrantes.

Esto no va a causar ningún impacto. Sin embargo, un nuevo análisis que realizó el Foro Pew respecto a las afiliaciones religiosas de los miembros entrantes, indica que no hay muchos cambios en los vínculos religiosos del Congreso, solo que existe mucha más diversidad que hace medio siglo.

Los protestantes aún conservan la mayoría de los integrantes que disfrutan de un sueldo considerable, con el 54.7 por ciento –un poco más que el 51 por ciento que representan en el total de la población–, sin embargo, han disminuido comparativamente con el porcentaje de 1961, en donde había un 74.1 por ciento.

Pew encontró que los otros seguidores religiosos –los católicos, judíos y mormones– tienen actualmente los suficientes representantes en el Congreso.
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Los católicos representan el 30 por ciento del Congreso, un mejor porcentaje que el de su población que está por debajo del 25 por ciento. Los bautistas son el siguiente grupo más importante con el 12.4 por ciento de los miembros, representando el 17.2 por ciento de la población adulta.

Pero habría que observar a los metodistas, quienes al parecer continúan su marcha, constituyendo el 10.7 por ciento de los miembros, aunque representan tan solo el 6.2 por ciento de la población. Cabe señalar que el 100 por ciento de la primera familia saliente son metodistas; la familia entrante tiene una afiliación religiosa “cristiana” y son representados por dos pastores que participarán en la ceremonia de la toma de poder que se llevará a cabo el 20 de enero.

Los judíos representan sólo el 1.7 por ciento de la población adulta de los Estados Unidos y el 8.4 por ciento de sus miembros en el Congreso, incluyendo al 13 por ciento de los senadores, que son precisamente 13. Los mormones integran el 1.7 por ciento de la población y el 2.6 de los miembros del Congreso.

Los episcopales son el 1.5 de la población y el 7.1 por ciento de los miembros. Los presbiterianos, el 2.7 por ciento de la población y el 8.1 por ciento de los miembros, de acuerdo a un nuevo análisis efectuado por Pew.

Como quedó de manifiesto durante la propuesta del rescate económico que se presentó ante Congreso durante este otoño, a los miembros de todas las religiones les gusta la carne de cerdo.

Ningún hindú ha ocupado un escaño en el Congreso, mientras que Pete Stark, diputado demócrata por California, es el primero y único miembro del Congreso que declaró que no tiene fe en Dios.

Actualmente, hay dos musulmanes en el Congreso y dos budistas, además de un quákero. Para los propósitos del estudio que realizó Pew, “los Pieles Rojas de Washington” fueron clasificado como una “fe”, aunque no están constituidos como una religión oficial.

En Estados Unidos podemos encontrar muchos ejemplos recientes como lo que acabamos de citar. El 13 de enero del 2009, el legislador texano Joe Strauss (un Republicano de San Antonio) tomó el juramento de entrada a su cargo como vocero de la 81ava legislatura de la Cámara de Representantes del Estado de Texas, sin que fuese un impedimento u obstáculo alguno el que dicho legislador sea un judío norteamericano, convirtiéndose en el primero con ascendencia judía en ocupar tal cargo en Texas. La reciente investidura de Joe Strauss en esta posición importante siendo esta la vez primera para un judío en ocuparla demuestra de manera contundente que, pese a ser el Texas el Estado más grande de la Unión Americana, no hay tantos judíos metidos en la política de dicho país como lo afirma la propaganda de la ultraderecha que insiste en imaginar fantasiosamente la presencia eterna de un todopoderoso “lobby” judío haciendo todo lo que le dá la gana sin que nadie en los Estados Unidos (excepto los extremistas “nacionalistas” como Stormfront) se haya dado cuenta de ello.

Este ejemplo de diversidad y pluralismo que permite a una minoría judía tomar parte en las decisiones y actos de gobierno de dicho país en consenso democrático con las otras mayorías y minorías no es un caso aislado, y se ve reflejado en la actual composición de la Cámara de Representantes del Congreso de la Unión de los Estados Unidos.

El epítome del pluralismo y la inclusión de las minorías en el gobierno de los Estados Unidos es, desde luego, Barack Obama, el 44avo Presidente de los Estados Unidos, el primer americano negro en ocupar dicho cargo del cual tomó posesión el 20 de enero del 2009. Algo así jamás habría podido ocurrir en la Alemania Nazi racista y excluyente. La Alemania Nazi, como todos sabemos, terminó en el más triste y gris basurero de la Historia. En cambio la democracia norteamericana sigue manteniéndose con una vitalidad inusitata aún en estos tiempos de dificultades económicas gracias precisamente al hecho de que es una democracia incluyente y no una dictadura despiadada basada en prejuicios e ideologías estrafalarias que los ultraderechistas de hoy tratan de reivindicar a toda costa e insisten en revivir a como dé lugar.
Axact

Anxius Veritas - Equipo de Redacción

La verdad os hará libres... y la mentira, fanáticos.

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