Quienes niegan el Holocausto que se llevó a cabo en los campos de concentración Nazis pretendiendo pintar a los Nazis como blancas palomas incapaces de hacerle daño alguno a gente indefensa sostienen que nadie puede ser tan malo como para matar indiscriminadamente a miles de hombres, mujeres, ancianos y niños, y menos matar a decenas de miles, y mucho menos matar a cientos de miles, ya no se diga millones. Estos apologistas pierden por completo de su visión el hecho de que cuando Hitler emprendió su guerra de invasión en contra de Rusia, tanto los soldados alemanes como los oficiales alemanes hasta el mismo Hitler estaban preparados mentalmente no sólo para matar a millones de rusos, sino inclusive para sacrificar a millones de los suyos propios (fieles a la tradición militarista del Ejército del Imperio Prusiano, los prusianos de ayer al igual que los alemanes Nazis que los sucedieron tenían muy poco aprecio por la vida humana, ya sea del enemigo o de los suyos propios).
Se puede creer que hubo tales criminales de guerra tal y como los describen los libros de Historia porque en el pasado reciente (y ya no estamos hablando del pasado cada vez más distante de la Segunda Guerra Mundial) ha habido carniceros brutales y despiadados que se deleitaban masacrando a centenares de personas a la vez sin mostrar compasión alguna hacia los indefensos. Y hoy al igual que ayer, se trata de gente con mentalidad moldeada al estilo de la ultraderecha fanática e intolerante. De esto dá constancia la siguiente nota periodística:
Atrapan a criminal militar más buscado en Europa desde hace 16 años
Agencia AFP
26 de mayo del 2011
El presidente serbio Boris Tadic anunció hoy la detención del ex jefe militar de los serbios de Bosnia, general Ratko Mladic, acusado de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad, y el hombre más buscado en Europa desde hace 16 años por la justicia internacional.
“Esta mañana (jueves), Ratko Mladic fue detenido en territorio serbio”, afirmó el presidente, sin revelar el lugar exacto del arresto de Tadic, uno de los presuntos criminales de guerra más buscados por el Tribunal Penal Internacional (TPI).
En una primera reacción, los familiares de las víctimas de Srebrenica, donde fueron asesinados cerca de 8.000 musulmanes en 1995, se declararon “aliviados” por la noticia.
Mladic es considerado uno de los principales artífices de la política de “limpieza étnica” en Bosnia, junto al ex presidente serbobosnio Radovan Karadzic, detenido en julio de 2008 también en Serbia.
Según la radio y televisión serbia B92, Mladic fue detenido en Lazarevo, una pequeña localidad al noreste de Serbia, no lejos de la frontera con Rumania, a unos 100 km de Belgrado.
“El proceso de extradición está en curso” hacia La Haya, donde está la sede del TPI para la ex Yugoslavia, que inculpó a Ratko Mladic, de 68 años, por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra de Bosnia (1992-1995), añadió Tadic.
En julio de 1995, las tropas que el general tenía a sus órdenes se apoderaron del enclave musulmán de Srebrenica, que se hallaba teóricamente bajo protección de fuerzas de la ONU, yperpetraron una matanza de casi 8.000 hombres y adolescentes musulmanes desarmados.
La justicia internacional le reprocha asimismo el papel que cumplió durante el asedio a Sarajevo en tiempos de la guerra.
La detención de Mladic es un “alivio” para las familias de las víctimas de la matanza de Srebrenica. “Después de 16 años de espera, para nosotros, familiares de las víctimas, es un alivio”, dijo Hajra Catic, presidenta de la asociación “Mujeres de Srebrenica”.
Con la detención de Mladic, todos los inculpados por esta matanza --calificada de genocidio por el TPI-- ya han sido detenidos.
Por otra parte, los europeos insistían desde hace años en la necesidad de que el ex jefe militar fuera detenido para que Serbia demostrara su colaboración con el TPI y que su candidatura a la adhesión a la Unión Europea (UE) pudiera avanzar.
Belgrado espera lograr el estatuto de candidato a la UE de aquí a finales de año.
La detención de Mladic constituye “un día histórico” para la justicia internacional, declaró en París el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. “Es un día histórico para la justicia internacional, un paso adelante en nuestra voluntad de acabar con la impunidad”, declaró Ban,
“Estados Unidos está encantado de escuchar el anuncio del gobierno serbio de que ha capturado a Ratko Mladic”, dijo a su vez Ben Rhodes, viceconsejero de seguridad estadounidense, durante la cumbre del G8 de Deauville (noroeste de Francia), en la que participa el presidente norteamericano Barack Obama.
“Esperamos un traslado expeditivo al tribunal de La Haya”, agregó Rhodes.
Esa extradición a La Haya podría demorar hasta siete días, indicó este mismo jueves el fiscal serbio para los crímenes de guerra.
Por su lado, el fiscal del TPI para la ex Yugoslavia, Serge Brammertz, declaró que Serbia “cumplió una de sus obligaciones internacionales” con la detención del ex general serbobosnio.
El presidente francés Nicolas Sarkozy aseguró por su lado que el arresto de Mladic es “un paso más hacia la integración de Serbia en la Unión Europea”.
Mladic era la principal personalidad todavía buscada por el TPI para la ex Yugoslavia. Otro ex dirigente de los serbios de Croacia, Goran Hadzic, se encuentra todavía prófugo.
Vamos a darle rostro a este carnicero brutal y despiadado, una verdadera bestia deshumanizada que ha perdido por completo la noción de la diferencia que hay entre el bien y el mal y que ha perdido todo respeto por la vida humana en todas sus formas:
Las limpiezas étnicas perpetradas por este carnicero neo-fascista no son muy diferentes de las matanzas industrializadas que llevaron a cabo los Nazis en los campos de concentración en contra de los judíos, los gitanos, los homosexuales, los sindicalistas, los socialistas y cualquiera que no fuese un admirador del megalómano Hitler.
Posteriormente al arresto de este psicópata demente, le llegó también su turno al igualmente demente Goran Hadzic:
Irónicamente, aunque Goran Hadzic tenía en la fotografía de arriba la fisonomía típica estereotipada con la cual muchos textos de la extrema derecha describen la supuesta apariencia física del judío típico promedio, este tipo tiene de judío lo que Spectator tiene de marciano. Podemos ver más detalles acerca de su detención en el siguienteartículo:
Cae Goran Hadzic, el último fugitivo de las guerras de los balcanes
El antiguo líder de los serbios de Croacia fue arrestado en Serbia cuando recibía dinero en un bosque
Isabel Ferrer
ElPAIS.COM
20 de julio del 2011
La caída de Goran Hadzic, antiguo presidente de los serbios de Croacia, ha marcado un hito en la historia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, era el último de los fugitivos buscado por una corte abierta por la ONU hace casi dos décadas.
Su captura resulta además decisiva para el futuro europeo de Serbia. Los juicios contra el exgeneral serbobosnio, Ratko Mladic, y el líder político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, dirigentes de primera fila en las guerras de los Balcanes, están ya en marcha. La captura de Hadzic puede acelerar ahora las negociaciones comunitarias entre Belgrado y Bruselas. Esa ha sido al menos la sensación que ha querido dar Boris Tadic, presidente serbio, cuando ha anunciado la detención. “Hemos cumplido con nuestras obligaciones morales y legales”, ha dicho, en alusión al régimen de candidato a la adhesión a la UE que espera recibir para su país. De momento, la justicia serbia ya ha aprobado la extradición de Hadzic a Holanda, sede del TPIY.Después de estar siete años oculto, el arresto de Hadzic ha tenido un punto novelesco. Según Vladimir Vukcevic, fiscal serbio, fue interceptado en un bosque en las montañas de Fruska Gora, al norte de Belgrado. El lugar está cerca de su casa familiar, y Hadzic acudió allí a recibir un pago después de intentar vender un cuadro robado. La tela era auténtica y firmada por el pintor italiano Amadeo Modigliani. La justicia serbia cree que pudo haberla recibido durante la guerra croata. “Hay que preparar este tipo de operaciones. Solo así pueden obtenerse los resultados deseados”, ha añadido el presidente Tadic, para justificar la tardanza en encontrarle. Incluso se ha permitido comparar esta búsqueda con la protagonizada por Estados Unidos, que ha tardado una década en dar con Osama Bin Laden.La UE y la OTAN celebran la detenciónEn La Haya, Serge Brammertz, fiscal jefe, ha felicitado a las autoridades serbias y ha recordado a las víctimas, “que viven un momento trascendente en su reclamación de justicia”. Desde Bruselas, tanto la UE como la OTAN, han tomado nota de la detención. “Constituye un nuevo paso importante de Serbia para hacer realidad su perspectiva europea”, han dicho al unísono el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el de la Comisión Europea, Manuel Durao Barroso; y la alta representante comunitaria, Catherine Asthon.El secretario de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, ha aventurado que “podrá cerrarse el capítulo más doloroso de la historia europea reciente”. En conjunto, unas palabras de las que Belgrado espera que puedan disipar lo que se conoce justamente como el “efecto La Haya”. Es decir, que sirvan para suavizar la postura de Holanda, único país que vetaba el avance de las conversaciones comunitarias con Belgrado mientras no cayeran todos los renegados de los Balcanes. En caso holandés se justifica por el sentimiento de culpa generado tras la humillación de sus cascos azules, encargados de defender a los refugiados que perecieron en 1995 a manos del Ejército serbobosnio en Srebrenica.La masacre de VukovarEn las guerras que enfrentaron a las seis repúblicas de la antigua Federación yugoslava (1991 y 2001) hubo un genocidio (el de Srebrenica), y un sitio de tinte casi medieval que se prolongó 4 años (en Sarajevo). También reapareció la limpieza étnica de otras contiendas más antiguas, que los dirigentes serbios del momento aplicaron a la creación de un espacio común puro denominado Gran Serbia. De entre los episodios trágicos tal vez menos recordados, destaca la masacre de Vukovar, perpetrada en dicha ciudad croata y cuya responsabilidad es atribuida a Goran Hadzic.Técnicamente, se trata de un crimen de guerra y sucedió en noviembre de 1991. En el plazo de tres días, fueron torturados y asesinados unos 200 civiles, en su mayoría croatas, a manos de paramilitares serbios y miembros del Ejército Popular Yugoslavo. No fue una matanza más. Los muertos eran heridos ingresados en el hospital de Vukovar.La autoría directa se atribuyó a las autoridades serbias locales (Veselin Sljivancanin y Mile Mrksic, fueron condenados en 2007 por el TPIY a penas de veinte y cinco años de cárcel, respectivamente). Pero Hadzic era el líder de los serbios de Croacia y el mismo tribunal le acusa específicamente de este crimen “por estar involucrado en el plan general de expulsión y exterminio de los civiles croatas entre 1991 y 1993”. El pliego acusatorio completo suma 14 cargos por persecución, asesinato, deportación y maltrato de la población indefensa. El fiscal Brammertz espera tenerle en Holanda en una semana.
Al igual que los Nazis de ayer, la razón por la cual los asesinos seriales cometieron todas las atrocidades que se les atribuyen fue porque nunca creyeron que serían castigados, estaban convencidos de que sus crímenes iban a quedar impunes y que jamás enfrentarían a un Juez con un expediente voluminoso documentando sus matanzas.
Veamos ahora la fotografía de una de las numerosas víctimas que se le atribuyen a Goran Hadzic como consecuencia de la masacre de Vukovar (15 y 16 de noviembre de 1991), porque seguramente los ultraderechistas de todo el mundo que lo defienden y lo justifican exigirán a gritospruebas de que efectivamente estos carniceros son lo que se les acusa de ser:
Se trata de un niño serbio de tan solo 3 años de edad. Fue muerto a sangre fría mientas estaba escondido en un plafón en la calle Nikola Demonja. Su padre y su madre, Sladana and Miroslav Cecavac, también fueron asesinados a sangre fría. Este niño estaba clasificado como un “agresor serbio” por el entonces Presidente croata Tudjman. Para impedirle al niño cometer sus “actos de agresión” los glorificados y “valerosos” soldados croatas neo-Ustashe (ultranacionalistas, neo-Nazis croatas, para todos los fines prácticos) le pusieron un balazo en la parte trasera de su cabecita, saliendo la bala por la parte frontal de la cabeza. En la guerra llevada a cabo en Croacia y Bosnia, a mediados de 1994, 7 mil niños serbios fueron asesinados (Fuente de información:The Suppressed Serbian Voice And The Free Press In America, por William Dorich, 1994, página 30).
En la siguiente foto tenemos una fotografía que muestra cómo los “valerosos” ultranacionalistas ultra-derechistas soldados croatas mataron a una mujer indefensa usando hachas para cometer su crimen, en una orgía de sangre en el poblado de Gospic en la que desaparecieron de la faz del planeta 500 habitantes del poblado:
Y la siguiente fotografía nos muestra algunas de las víctimas de la matanza colectiva cometida en Gospic:
Veamos ahora como trabaja el revisionismo histórico con el que alimentan sus locas fantasías los alucinados de la extrema derecha.
Las matanzas cometidas en contra de la población civil por criminales de ultraderecha como Ratko Mladic y Goran Hadzic están demasiado frescas en la memoria de muchos. Todavía hay muchos testigos presenciales que pueden dar testimonio vivo de las atrocidades que presenciaron. No es un buen tiempo para empezar a llevar a cabo un revisionismo. Pero esperando pacientemente el transcurso de varias décadas, se pueden empezar a cuestionar las cifras de muertos inventando todo tipo de estadísticas alucinadas con la finalidad de irle bajando, irle bajando, hasta que se pueda hacer creíble que en un lugar en donde fueron masacradas unas 200 personas no fueron muertas ni cinco, y ello porque seguramente se suicidaron. El transcurso inexorable del tiempo es el mejor aliado de los revisionistas como Joaquín Bochaca, porque van falleciendo los testigos de las carnicerías. Y eventualmente por causas naturales no habrá ya nadie vivo que pueda seguir dando su testimonio sobre lo que ocurrió. Y es entonces cuando los revisionistas sacan su “carta de triunfo” indicando: “No hay nadie vivo en la actualidad que pueda dar fe de que lo que ocurrió efectivamente ocurrió como lo dice la historia oficial. ¿Cómo es posible aceptar acusaciones sobre las cuales no hay testigos ni pruebas? Porque seguramente todos los datos fueron manipulados, las cifras de muertos fueron exageradas, y generales católicos como Ratko Mladic fueron verdaderos héroes nacionalistas que salvaron a la antigua Yugoeslavia del comunismo” (tómese en cuenta que cuando ocurrieron estas masacres no había judíos en esta parte del mundo y el comunismo soviético se había colapsado, aunque esto no fue impedimento para que la extrema derecha de Yugoeslavia sucesora del Nazismo croata decidiera repetir las andanzas de sus desquiciados predecesores). Y escribiendo más y más sobre lo mismo, inventando y reinventando las cifras, citándose mutuamente, le siguen dando cuerda al asunto hasta que inclusive ellos mismos terminan convencidos de que las matanzas nunca ocurrieron.
Para saber de dónde salieron estos desequilibrados, para comprender la fuente de su inspiración, es necesario remontarnos a sus orígenes, es necesario hacer retroceder el reloj más de medio siglo, hasta ubicarnos (y esto no debe ser ninguna sorpresa) en los tiempos de gloria del fascismo europeo, en los tiempos dorados del Nazismo alemán.
Aunque el pseudo-historiador revisionista-negacionista mexicano Salvador Borrego Escalante, el propagandista más admirado por la extrema derecha mexicana, en su desquiciante mamotreto Derrota Mundial quiso dar la impresión de que los alemanes pelearon prácticamente solos (como título de una de sus sub-secciones puso la llamativa frase “No existió el eje Roma-Berlín-Tokio” agregándole “Guerra a muerte entre nazis y judíos” en vez de agregarle algo más incluyente y más creíble como “Guerra a muerte entre nazis e ingleses y norteamericanos y canadienses y rusos y mexicanos y franceses y holandeses y belgas etc. etc. etc.”), esto es una vulgar falsedad, al igual que muchas otras que destila Salvador Borrego. Si bien es cierto que su antiguo cachorro Francisco Franco le dió la espalda dejándolo que se hundiera mientras desde Madrid le enviaba “todas sus simpatías” y “todo su apoyo moral” (pero eso sí, ni una sola bala), en Europa Oriental el megalómano Hitler tuvo otros simpatizantes que lo estuvieron apuntalando en todo durante la Segunda Guerra Mundial e inclusive estuvieron enviándole a todos los judíos que pudieran encontrar en la creencia de que ello les ayudaría a sus amigos Nazis a ganar la guerra y a transformar a Europa en un maravilloso y benevolente imperio bajo la dictadura “benefactora” de Hitler. Uno de tales criminales fue Ante Pavelic, el carnicero de los Balcanes:
que además de ser un dictador local amigo incondicional de Hitler:
resultó ser responsable de la muerte de casi un millón de serbios.
Las limpiezas étnicas llevadas a cabo en los Balcanes ayer y ahora en realidad fueron y han sido lo mismo que la eugenesia Nazi para extinguir a todos aquellos con “sangre impura”. Los fascistas de la extrema derecha de los Balcanes “limpiaron” su territorio de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, desde luego, pero como por principio de cuentas no había tantos judíos como los que había en Polonia al ser invadido este último país por Hitler, el odio de los fascistas yugoeslavos tenía que ser encausado necesariamente en contra de otros que ni eran judíos, ni eran masones, ni eran marxistas (los “enemigos” clásicos de la ultraderecha) porque cuando hay tanto odio y tanta locura que no tienen un blanco “clásico” hacia donde ser encausados, pues alguien, el que sea, tiene que terminar pagando por la existencia de tanta demencia, y le tocó el turno a los musulmanes de Yugoeslavia el aportar su cuota de sufrimiento. Por regla general, el ultraderechista típico cuyas neuronas cerebrales ya fueron quemadas por la enajenante propaganda de extrema derecha fincada en el mayor fraude literario de la Historia (Los Protocolos de los Sabios de Sión) cuando ya no tiene a nadie a quien odiar, se busca alguien a quien odiar, así sea un desconocido. Esta clase de gente, al igual que los Nazis alemanes en su momento, vive del odio, se nutre del odio, y hace crecer el odio dentro de sí hasta que tiene que darle salida de alguna manera a ese odio visceral que se ha ido acumulando, eso o terminar en los mismos laberintos de la locura.
En su momento, y en su tiempo, Ante Pavelic procuró el apoyo y el visto bueno de la Iglesia Católica, varios de cuyos representantes no pudieron ocultarle sus simpatías pese a la dudosa calidad moral del personaje obscuro al cual alababan tanto en público y en privado. Tal vez haya algún lector que se resista a creer esta afirmación, y precisamente para ellos va la siguiente evidencia fotográfica que muestra a unas dulces y devotas monjitas católicas haciéndolo coro al carnicero de los Balcanes:
En la siguiente toma fotográfica tenemos más dulces monjitas, todas ellas muy devotas, participando en un desfile Ustase, desfilando detrás de los “bravos y heroicos” soldaditos de la ultranacionalista dictadura, seguramente sin tener un conocimiento preciso de lo que estos muchachitos criminales estaban haciendo en los campos de concentración con todos los civiles que caían en sus manos:
Al igual que como ocurre con la sociedad secreta Tecos de Guadalajara y como ocurre en los capítulos del Yunque en México, la demencia Nazi-fascista en los Balcanes era promovida en forma activa dentro de un movimiento ultranacionalista identificado bajo varios apelativos similares, ya sea los Ustase, los Ustashi, los Ustashe, y los Ustase. El odio visceral manifestado por el demente terrorista noruego de ultraderecha Anders Behring Breivik, matón de su propio pueblo incurriendo en actos de genocidio en contra de su propio pueblo, en contra de los musulmantes de Europa, tiene muchas de sus raíces en este odio atroz destilado por los fascistas de Yugoeslavia en contra de la población no-católica de Yugoeslavia.
No se puede decir que los Nazis croatas eran peores que los Nazis alemanes. Es como tratar de comparar a un demonio horripilante con un demonio espantoso. Como tampoco se puede afirmar que los croatasneo-Ustashe de hoy son más gentiles y menos sádicos que los Ustashe de ayer. Es lo mismo, son lo mismo, en potencia, esperando pacientemente su oportunidad dorada para actuar y dar rienda suelta a sus instintos criminales que ya se traen consigo.
No es posible tratar de entender lo que sucedió en Yugoeslavia en la década de los noventas sin saber lo que sucedió en Jasenovac, del mismo modo que no es posible entender la fobia racista del terrorista noruego Anders Behring Breivik y sus colegas que conforman la nueva ultraderecha europea en contra de los musulmanes sin saber qué fue lo que ocurrió en los Balcanes durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el 22 de abril de 1945 cuando apenas unos mil sobrevivientes se dieron cuenta de que los Nazis y sus aliados los ultranacionalistas croatas ante el avance de las fuerzas aliadas los iban a matar para borrar las evidencias de sus crímenes (aunque los Nazis sintiéndose invencibles bajo Hitler no creyeron jamás que serían derrotados, la prioridad absoluta en caso de que tal cosa pudiera ocurrir era matar a la mayor rapidez posible a todos los recluídos en los campos de concentración y deshacerse de todas las evidencias para así poder negar o tratar de negar que tales cosas sucedieron en nombre de la extrema derecha y sus creencias bizarras). Tomando conciencia de que la muerte de todos ellos era inminente, los mil sobrevivientes que quedaban, malnutridos, pegados a los huesos, débiles, sin nada en las manos más que sus callos producto de duros trabajos forzados se enfrentaron directamente a los guardias Ustashe. Sólo 80 de ellos sobrevivieron y pudieron escapar, siendo Ilija Ivanovic uno de ellos. Los horrores de Jasenovac sobrepasan ampliamente y con creces cualquier cosa que sepamos acerca de los tiempos negros de la Inquisición. Es difícil describir con palabras las orgías diarias de matanzas en las cuales el rabiosamente ultrafanático clero católico Ustashe participó directamente. Cada día, cada noche en Jasenovac, era una Noche de Bartolomé. Más de 6 mil hombres, mujeres y niños fueron asesinados bestialmente a sangre fría de la manera más brutal imaginable. Familias enteras, villas enteras, desde Bosnia hasta Croacia, fueron enviadas al sistema de campos Nazi croatas de muerte de Jasenovac, incluyendo desde luego judíos (los que pudieran encontrar) así como gitanos y serbios. Fueron muy pocos los que sobrevivieron para contar lo que sucedió en ese infierno fascista. Uno de los testigos, Ilija Ivanovic, sintiendo que era su obligación relatar al mundo lo que vió en Jasenovac después de haber sido llevado a dicho campo de concentración cuando apenas tenía 13 años, escribió un libro titulado Testigo al Infierno de Jasenovac:
y presidente del Tribunal Internacional Russell, el cual documentó por vez primera en forma exhaustiva y detallada el asesinato bestial de más de 800 mil serbios pertenecientes a la Iglesia ortodoxa en la Croacia Ustaha.
Hay mucha información, plenamente documentada y corroborada por varios medios, acerca de los horrores atroces que se cometieron en el campo de concentración de Jasenovic en plena impunidad, cosas de las cuales ni los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara ni los cabecillas de la Organización Nacional del Yunque quieren que se enteren sus nuevos reclutas. Sería injusto afirmar que todos los miembros de la Iglesia Católica en Yugoeslavia se unieron incondicionalmente a los fascistas Ustashe apoyándolos en sus carnicerías. Uno de los que objetaron, pese al poco margen de acción que tuvo para poder hacer algo ante lo que estaba ocurriendo, fue el Arzobispo de Zagreb Aloysius Stepinac, proclamado mártir y beatificado por el Papa Juan Pablo II (no faltan sobrevivientes quienes denuncian que esto equivalió a la beatificación de un criminal de guerra). De cualquier modo, ante las numerosas atrocidades cometidas por los fascistas “católicos” de Yugoeslavia con el pleno respaldo de Adolfo Hitler, los comunistas terminaron responsabilizando al Arzobispo Stepinac y a varios sacerdotes católicos por el apoyo que estuvieron recibiendo los dementes ultraderechistas serbios de otros “católicos”, lo cual derivó en que terminaran pagando justos por pecadores.
No es muy conocido el hecho, documentado en el libro Auge y Caída del Tercer Reich de William L. Shirer (el cual, en contra de lo que siempre ha proclamado falsamente y sin pruebas la extrema derecha en su propaganda enajenante, ni era judío ni era marxista ni era masón), que la resistencia de los serbios en 1941 en darle su apoyo incondicional y absoluto a Hitler fue lo que arrojó a Hitler en uno de los arrebatos de furia más violentos de toda su vida a emitir en plena irracionalidad laDirectiva 25, dando inicio a la invasión inmediata de Yugoeslavia con la Operación 25, advirtiéndole a sus colegas en Hungría, Rumania e Italia que si lo ayudaban en su arrebato de furia, todos ellos recibirían como premio algún pedazo de tierra yugoeslava, con excepción del estado croata para el cual Hitler tenía “planes” especiales de venganza (podemos imaginar que tipo de planes). Esto fue precisamente lo que retrasó por un tiempo crucial, decisivo para el triunfo militar del Nazismo, la invasión de Rusia a ser llevada a cabo bajo la Operación Barbarroja , la cual había sido programada inicialmente para el 15 de mayo de 1941 (en plena primavera) en una directiva emitida bajo la mayor secrecía el 18 de diciembre de 1940. Observa Shirer: “El retraso del ataque en contra de los rusos para que de este modo el invasor guerrero Nazi pudiera ventilar su odio personal en contra de un pequeño país balcano que se había atrevido a desafiarlo fue probablemente la decisión más catastrófica en la carrera de Hitler. No es mucho decir que al tomar tal decisión en una tarde de marzo en la Cancillería en Berlín durante un momento de furia convulsiva él tiró por la borda su última oportunidad dorada para ganar la guerra y hacer del Tercer Reich, el cual había creado con impactante aunque bárbara genialidad, el imperio más grande en la historia de Alemania con él mismo como el amo de Europa. El Mariscal de Campo von Brauchitsch, el Comandante en Jefe del Ejército alemán, y el General Halder, el brillante Jefe del Estado Mayor, recordarían posteriormente con amargo resentimiento pero también con más entendimiento de las consecuencias de la actitud que mostraron cuando la decisión fue tomada, cuando tiempo después la nieve profunda y las temperaturas bajo cero de Rusia los golpearon a tan solo tres o cuatro semanas de distancia de lo que creían que necesitaban para una victoria total”. De este modo, y a fin de cuentas, gracias a que Hitler en sus arrebatos de furia demencial pensaba más con las visceras que con la cabeza, y gracias a que en esos arrebatos de ira tomaba decisiones estúpidas e irracionales desoyendo los consejos de sus más hábiles estrategas y generales, con su invasión no-programada a los Balcanes el imbécil ex-cabo destruyó sus posibilidades para poder ganar la guerra. Visto desde esta perspectiva, el sacrificio de mucha gente inocente en Serbia no fue en vano, ya que esto pudo incidir en forma decisiva en el curso de la guerra. Sin demérito ni menosprecio al enorme sacrificio llevado a cabo por los centenares de miles de rusos angustiados que cayeron combatiendo a muerte al demente agresor invasor que no mostraba piedad a sus víctimas ni pedía piedad alguna para los suyos propios, a fin de cuentas no fueron ni los judíos, ni los comunistas ni los masones los que hicieron que Hitler perdiera la guerra. Fue el mismo Hitler, actuando estúpidamente y en forma irracional tomando decisiones viscerales, el que llevó a Hitler a una derrota catastrófica, llevándose consigo a muchos de sus cómplices al infierno, pero dejando a muchos otros por detrás para que pudieran continuar su obra, lo mismo que lo que estamos viendo hoy en día.
Mucho se han quejado en sus escritos los propagandistas de la extrema derecha tales como Salvador Borrego y Joaquín Bochaca acerca de las atrocidades cometidas por las fuerzas aliadas en contra de sus “pobrecitos Nazis” (uno de los libros de Bochaca se titula Los crímenes de los buenos titulado así en forma irónica y despectiva en referencia a las fuerzas aliadas a las que las llama “los buenos”). Y efectivamente, hubo atrocidades cometidas por ambos bandos, aquí no se negará tal realidad histórica. Sin embargo, encima de que muchos rusos estaban ávidos de cobrar venganza por las barbaridades que el invasor ejército alemán llevó a cabo en Rusia matándoles a muchos de sus familiares y amigos, conforme las tropas rusas iban liberando lugares infernales como los campos de concentración de Auschwitz y Jasenovic los soldados rusos se iban dando cuenta de las terribles atrocidades cometidas por la ultraderecha alemana y en especial por los dementes carniceros de las SS en contra de los civiles, y esto solo podía hacer crecer entre los rusos un odio descomunal en contra de los Nazis así como una urgencia para derrotar al diablo alemán a sabiendas de lo que les esparaba si Hitler ganaba la guerra. ¿Que es entonces lo que quieren los negacionistas-revisionistas que hoy defienden e intentan justificar a Hitler y a sus carniceros? ¿Que los rusos fueran perdonando incondicionalmente a sus agresores de todos sus crímenes y que inclusive les dieran su nieve de chocolate o de vainilla? Pues, sí, eso es exactamente lo que hubieran querido Salvador Borrego y Joaquín Bochaca y David Irving y “Traian Romanescu” y Willis Carto, un perdón incondicional y absoluto para sus “héroes” del Nazismo y el fascismo y la extrema derecha en general. Ellos todo lo que le piden ahora al mundo es una “segunda oportunidad”, con eso se conforman, lo único que han estado pidiendo es el regreso del fascismo radical para ser implantado como forma de gobierno en todo el planeta, para lo cual cuentan ya en México con las simpatías y las conspiraciones urdidas en el seno de la Organización Nacional del Yunque y la sociedad secreta Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y para lo cual cuentan ya con una resurrección en masa de fascistas en la Europa Oriental (que debe ser una resurrección colosal si tomamos en cuenta que -según ellos- todos los fascistas admiradores de Hitler fueron muertos por los comunistas en cuanto los Nazis perdieron la guerra). Y cuentan también con una creciente legión de admiradores y seguidores y simpatizantes tales como el terrorista noruego Anders Behring Breivik, émulo del carnicero genocida de Srebrenica Ratko Mladic. ¿Les habremos de dar gusto? Esto es precisamente lo que se está decidiendo en eventos tan aparentemente inocuos como las elecciones presidenciales a llevarse a cabo en México en el 2012, elecciones cruciales para poder seguir impulsando la instauración conspiratoria de un gobierno paralelo secreto de ultraderecha en Méxioco bajo la conducción de líderes sin rostro que nunca dan la cara.
No es posible tratar de entender lo que sucedió en Yugoeslavia en la década de los noventas sin saber lo que sucedió en Jasenovac, del mismo modo que no es posible entender la fobia racista del terrorista noruego Anders Behring Breivik y sus colegas que conforman la nueva ultraderecha europea en contra de los musulmanes sin saber qué fue lo que ocurrió en los Balcanes durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el 22 de abril de 1945 cuando apenas unos mil sobrevivientes se dieron cuenta de que los Nazis y sus aliados los ultranacionalistas croatas ante el avance de las fuerzas aliadas los iban a matar para borrar las evidencias de sus crímenes (aunque los Nazis sintiéndose invencibles bajo Hitler no creyeron jamás que serían derrotados, la prioridad absoluta en caso de que tal cosa pudiera ocurrir era matar a la mayor rapidez posible a todos los recluídos en los campos de concentración y deshacerse de todas las evidencias para así poder negar o tratar de negar que tales cosas sucedieron en nombre de la extrema derecha y sus creencias bizarras). Tomando conciencia de que la muerte de todos ellos era inminente, los mil sobrevivientes que quedaban, malnutridos, pegados a los huesos, débiles, sin nada en las manos más que sus callos producto de duros trabajos forzados se enfrentaron directamente a los guardias Ustashe. Sólo 80 de ellos sobrevivieron y pudieron escapar, siendo Ilija Ivanovic uno de ellos. Los horrores de Jasenovac sobrepasan ampliamente y con creces cualquier cosa que sepamos acerca de los tiempos negros de la Inquisición. Es difícil describir con palabras las orgías diarias de matanzas en las cuales el rabiosamente ultrafanático clero católico Ustashe participó directamente. Cada día, cada noche en Jasenovac, era una Noche de Bartolomé. Más de 6 mil hombres, mujeres y niños fueron asesinados bestialmente a sangre fría de la manera más brutal imaginable. Familias enteras, villas enteras, desde Bosnia hasta Croacia, fueron enviadas al sistema de campos Nazi croatas de muerte de Jasenovac, incluyendo desde luego judíos (los que pudieran encontrar) así como gitanos y serbios. Fueron muy pocos los que sobrevivieron para contar lo que sucedió en ese infierno fascista. Uno de los testigos, Ilija Ivanovic, sintiendo que era su obligación relatar al mundo lo que vió en Jasenovac después de haber sido llevado a dicho campo de concentración cuando apenas tenía 13 años, escribió un libro titulado Testigo al Infierno de Jasenovac:
Ilija Ivanovic no es el único testigo presencial que dejó su testimonio acerca de la terrible barbarie en la que incurrieron los predecesores de los actuales carniceros serbios Ratko Mladic y Goran Hadzic. Otro que también ha conducido investigaciones extensas es Vladimir Dedijer, autor del libro The Yugoslav Auschwitz and the Vatican:
y presidente del Tribunal Internacional Russell, el cual documentó por vez primera en forma exhaustiva y detallada el asesinato bestial de más de 800 mil serbios pertenecientes a la Iglesia ortodoxa en la Croacia Ustaha.
Hay mucha información, plenamente documentada y corroborada por varios medios, acerca de los horrores atroces que se cometieron en el campo de concentración de Jasenovic en plena impunidad, cosas de las cuales ni los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara ni los cabecillas de la Organización Nacional del Yunque quieren que se enteren sus nuevos reclutas. Sería injusto afirmar que todos los miembros de la Iglesia Católica en Yugoeslavia se unieron incondicionalmente a los fascistas Ustashe apoyándolos en sus carnicerías. Uno de los que objetaron, pese al poco margen de acción que tuvo para poder hacer algo ante lo que estaba ocurriendo, fue el Arzobispo de Zagreb Aloysius Stepinac, proclamado mártir y beatificado por el Papa Juan Pablo II (no faltan sobrevivientes quienes denuncian que esto equivalió a la beatificación de un criminal de guerra). De cualquier modo, ante las numerosas atrocidades cometidas por los fascistas “católicos” de Yugoeslavia con el pleno respaldo de Adolfo Hitler, los comunistas terminaron responsabilizando al Arzobispo Stepinac y a varios sacerdotes católicos por el apoyo que estuvieron recibiendo los dementes ultraderechistas serbios de otros “católicos”, lo cual derivó en que terminaran pagando justos por pecadores.
No es muy conocido el hecho, documentado en el libro Auge y Caída del Tercer Reich de William L. Shirer (el cual, en contra de lo que siempre ha proclamado falsamente y sin pruebas la extrema derecha en su propaganda enajenante, ni era judío ni era marxista ni era masón), que la resistencia de los serbios en 1941 en darle su apoyo incondicional y absoluto a Hitler fue lo que arrojó a Hitler en uno de los arrebatos de furia más violentos de toda su vida a emitir en plena irracionalidad laDirectiva 25, dando inicio a la invasión inmediata de Yugoeslavia con la Operación 25, advirtiéndole a sus colegas en Hungría, Rumania e Italia que si lo ayudaban en su arrebato de furia, todos ellos recibirían como premio algún pedazo de tierra yugoeslava, con excepción del estado croata para el cual Hitler tenía “planes” especiales de venganza (podemos imaginar que tipo de planes). Esto fue precisamente lo que retrasó por un tiempo crucial, decisivo para el triunfo militar del Nazismo, la invasión de Rusia a ser llevada a cabo bajo la Operación Barbarroja , la cual había sido programada inicialmente para el 15 de mayo de 1941 (en plena primavera) en una directiva emitida bajo la mayor secrecía el 18 de diciembre de 1940. Observa Shirer: “El retraso del ataque en contra de los rusos para que de este modo el invasor guerrero Nazi pudiera ventilar su odio personal en contra de un pequeño país balcano que se había atrevido a desafiarlo fue probablemente la decisión más catastrófica en la carrera de Hitler. No es mucho decir que al tomar tal decisión en una tarde de marzo en la Cancillería en Berlín durante un momento de furia convulsiva él tiró por la borda su última oportunidad dorada para ganar la guerra y hacer del Tercer Reich, el cual había creado con impactante aunque bárbara genialidad, el imperio más grande en la historia de Alemania con él mismo como el amo de Europa. El Mariscal de Campo von Brauchitsch, el Comandante en Jefe del Ejército alemán, y el General Halder, el brillante Jefe del Estado Mayor, recordarían posteriormente con amargo resentimiento pero también con más entendimiento de las consecuencias de la actitud que mostraron cuando la decisión fue tomada, cuando tiempo después la nieve profunda y las temperaturas bajo cero de Rusia los golpearon a tan solo tres o cuatro semanas de distancia de lo que creían que necesitaban para una victoria total”. De este modo, y a fin de cuentas, gracias a que Hitler en sus arrebatos de furia demencial pensaba más con las visceras que con la cabeza, y gracias a que en esos arrebatos de ira tomaba decisiones estúpidas e irracionales desoyendo los consejos de sus más hábiles estrategas y generales, con su invasión no-programada a los Balcanes el imbécil ex-cabo destruyó sus posibilidades para poder ganar la guerra. Visto desde esta perspectiva, el sacrificio de mucha gente inocente en Serbia no fue en vano, ya que esto pudo incidir en forma decisiva en el curso de la guerra. Sin demérito ni menosprecio al enorme sacrificio llevado a cabo por los centenares de miles de rusos angustiados que cayeron combatiendo a muerte al demente agresor invasor que no mostraba piedad a sus víctimas ni pedía piedad alguna para los suyos propios, a fin de cuentas no fueron ni los judíos, ni los comunistas ni los masones los que hicieron que Hitler perdiera la guerra. Fue el mismo Hitler, actuando estúpidamente y en forma irracional tomando decisiones viscerales, el que llevó a Hitler a una derrota catastrófica, llevándose consigo a muchos de sus cómplices al infierno, pero dejando a muchos otros por detrás para que pudieran continuar su obra, lo mismo que lo que estamos viendo hoy en día.
Mucho se han quejado en sus escritos los propagandistas de la extrema derecha tales como Salvador Borrego y Joaquín Bochaca acerca de las atrocidades cometidas por las fuerzas aliadas en contra de sus “pobrecitos Nazis” (uno de los libros de Bochaca se titula Los crímenes de los buenos titulado así en forma irónica y despectiva en referencia a las fuerzas aliadas a las que las llama “los buenos”). Y efectivamente, hubo atrocidades cometidas por ambos bandos, aquí no se negará tal realidad histórica. Sin embargo, encima de que muchos rusos estaban ávidos de cobrar venganza por las barbaridades que el invasor ejército alemán llevó a cabo en Rusia matándoles a muchos de sus familiares y amigos, conforme las tropas rusas iban liberando lugares infernales como los campos de concentración de Auschwitz y Jasenovic los soldados rusos se iban dando cuenta de las terribles atrocidades cometidas por la ultraderecha alemana y en especial por los dementes carniceros de las SS en contra de los civiles, y esto solo podía hacer crecer entre los rusos un odio descomunal en contra de los Nazis así como una urgencia para derrotar al diablo alemán a sabiendas de lo que les esparaba si Hitler ganaba la guerra. ¿Que es entonces lo que quieren los negacionistas-revisionistas que hoy defienden e intentan justificar a Hitler y a sus carniceros? ¿Que los rusos fueran perdonando incondicionalmente a sus agresores de todos sus crímenes y que inclusive les dieran su nieve de chocolate o de vainilla? Pues, sí, eso es exactamente lo que hubieran querido Salvador Borrego y Joaquín Bochaca y David Irving y “Traian Romanescu” y Willis Carto, un perdón incondicional y absoluto para sus “héroes” del Nazismo y el fascismo y la extrema derecha en general. Ellos todo lo que le piden ahora al mundo es una “segunda oportunidad”, con eso se conforman, lo único que han estado pidiendo es el regreso del fascismo radical para ser implantado como forma de gobierno en todo el planeta, para lo cual cuentan ya en México con las simpatías y las conspiraciones urdidas en el seno de la Organización Nacional del Yunque y la sociedad secreta Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y para lo cual cuentan ya con una resurrección en masa de fascistas en la Europa Oriental (que debe ser una resurrección colosal si tomamos en cuenta que -según ellos- todos los fascistas admiradores de Hitler fueron muertos por los comunistas en cuanto los Nazis perdieron la guerra). Y cuentan también con una creciente legión de admiradores y seguidores y simpatizantes tales como el terrorista noruego Anders Behring Breivik, émulo del carnicero genocida de Srebrenica Ratko Mladic. ¿Les habremos de dar gusto? Esto es precisamente lo que se está decidiendo en eventos tan aparentemente inocuos como las elecciones presidenciales a llevarse a cabo en México en el 2012, elecciones cruciales para poder seguir impulsando la instauración conspiratoria de un gobierno paralelo secreto de ultraderecha en Méxioco bajo la conducción de líderes sin rostro que nunca dan la cara.
Deja un comentario:
0 comentarios: