Ya en trabajos previos, desde principios de octubre del 2009 con bastante anticipación, Spectator
había advertido seriamente sobre las terribles consecuencias de poner a
cargo de la Procuraduría General de la República a un hombre tan
incompetente e inepto como Arturo Chávez Chávez adjuntándolo a otro
individuo de pésimos antecedentes como Francisco Molina Ruiz, cuyos
únicos méritos son su servilismo absoluto y su lealtad incondicional a
la causa de la derecha y a la ultraderecha que la tiene enquistada. Y
pese a advertencias como éstas, el soberbio Felipe Calderón empecinado
en sostenerse en su caprichito a
como diera lugar puso a Arturo Chávez Chávez al mando de la
Procuraduría General de la República para que desde tan alta posición
pudiera demostrarle a México y al mundo entero las razones por las
cuales se había ganado merecidamente su mala fama como pésimo procurador
de justicia rayando en una ineptitud que se antoja casi criminal como
igualmente criminal fue la obsesión del soberbio Presidente panista de
México en sostener por tanto tiempo en su puesto a tan cuestionable
personaje. El tiempo eventualmente tendría que darle la razón a alguien,
y en este caso o Spectator estaba equivocado o Felipe Calderón estaba equivocado. Y el tiempo ya dió su veredicto inapelable.
El
31 de marzo del 2011 llegó a su triste fin la desastrosa carrera de
Arturo Chávez Chávez como Procurador General de la República cuando éste
presentó su renuncia ante los medios “por motivos personales”:
Cuando lo anterior apareció publicado, varios analistas daban por hecho de que la salida de Arturo Chávez Chávez era un hecho consumado, si no de unas cuantas horas tal vez de unos cuantos días, dos o tres días a lo más. El siguiente cartón es típico y representativo de varios cartones que a comienzos de mayo del 2011 daban por hecho el colapso inminente e inmediato de Arturo Chávez Chávez:
Sin embargo, y mostrando una indiferencia absoluta hacia el sentir de la comunidad, Felipe Calderón siguió sosteniendo en su puesto a Arturo Chávez Chávez en contra de las protestas indignadas de muchos sectores sociales en México.
La salida por la puerta trasera de Arturo Chávez Chávez no parece haber sido a causa de su pésimo desempeño como Procurador General (jamás resolvió una sola narcoejecución como resultado de acciones investigativas inteligentes emprendidas al estilo Sherlock Holmes, repitiendo la nulidad que demostró con los casos de los feminicidios en Ciudad Juárez para los cuales demostró con creces su sobrada ineptitud como investigador). Pese a los repetidos reclamos por la salida de Arturo Chávez Chávez, Felipe Calderón continuó empeñado en sostener en tan alto puesto dentro de la PGR a lo más inepto e inútil que pudo haber encontrado en toda la República Mexicana el PAN-Gobierno. El capricho (no se le puede llamar de otra manera) de Felipe Calderón en seguir sosteniendo en su puesto a tamaña basura terminó costándole a México varios miles de cadáveres en el tiempo miserablemente perdido en el que Arturo Chávez Chávez estuvo al frente de la PGR sin haber hecho nada que valga la pena recordar para la posteridad, incluídos los muchos “daños colaterales” como los estudiantes de postgrado del Instituto Tecnológico de Monterrey masacrados a las puertas de la institución, el magnicidio del candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas, niños menores de los cinco años de edad asesinados a sangre fría a balazos y cuyos sicarios siguen libres paseándose por la calle en plena impunidad, así como centenares de agentes ministeriales honestos cuyo único pecado fue el no haberse dejado corromper por el crimen organizado. Ni siquiera la emboscada tendida a dos agentes del gobierno norteamericano el 15 de febrero del 2011 que terminó con la vida de uno de ellos fue suficientge para que se le echara de inmediato de su puesto. Nada de esto fue lo que precipitó la caída de Arturo Chávez Chávez. Lo que parece ser que vino siendo a fin de cuentas su talón de Aquiles fueron las inesperadas y oportunas revelaciones que empezaron a hacer agentes norteamericanos que pusieron al descubierto la operación ilegal Rápido y Furioso con la cual una agencia del gobierno federal, la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego ATF (Alcohol, Tobacco and Firearms), permitió la venta y el ingreso ilegal de armas de alto poder a México que terminaron costándole a México millares de cadáveres en homicidios atribuíbles al crimen organizado. Aunque la primera reacción de Felipe Calderón fue de supuesto enojo acusando a los norteamericanos de tal asunto, sin lugar a dudas Calderón se puso a temblar de pies a cabeza cuando los mismos agentes norteamericanos bocones que pusieron al descubierto el envío (autorizado por debajo del agua) de armas de alto poder a México para armar a los cárteles de la droga en México afirmaron que por lo menos “alguien en México” había sido informado de la operación y que estaba al tanto de ella. Esto empezó a salir a la luz pública a raíz de las revelaciones que fueron dadas a conocer al mundo el 3 de marzo del 2011, declaraciones hechas a la cadena informativa CBS por el agente federal norteamericano John Dodson:
a quien no le importó la posibilidad de perder su codiciado trabajo a causa de las denuncias que formuló en contra de su propia agencia, seguidas por otras revelaciones hechas el 21 de marzo del 2011 a la cadena informativa norteamericana CBS por el agente Rene Jaquez, en donde a través de la corresponsal investigadora Sharyl Attkisson se presentaron los testimonios de este agente federal que confirmó la venta autorizada de armas de alto poder a los narcotraficantes mexicanos con pleno conocimiento del gobierno de México que terminaron costándole su vida a un agente norteamericano de la patrulla fronteriza de nombre Brian Terry, el cual terminó convertido en cadáver como cortesía de los ineptos operativos implementados en México desde Estados Unidos por su propio gobierno. El agente Rene Jaquez al hablar con la cadena CBS sobre “Rápido y Furioso” manifestó su oposición a este tipo de operativos porque ponían en riesgo a todos los oficiales. “Creo que este incidente representa uno de los días más oscuros en la historia de la ATF”, advirtió Jaquez.
Felipe Calderón reaccionó ante los señalamientos que involucraban a su administración en la operación ilícita “Rápido y Furioso” de la manera como podemos ver en la siguiente nota:
Todas estas revelaciones como las hechas por los agentes John Dodson y Rene Jaquez al noticiero CBS, al igual que las revelaciones dadas a conocer por Wikileaks, y al igual que las importantes revelaciones formuladas por ex-Yunquistas y ex-Tecos arrepentidos que ya se dieron cuenta de las terribles cochinadas y los planes secretos que sus propios cabecillas les han estado ocultando por tanto tiempo en relación a la conspiración nacional de la ultraderecha para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México bajo una simulación de democracia, todas estas revelaciones son valiosas para armar los rompecabezas que dan una visión más apegada a la realidad acerca de lo que verdaderamente ha estado sucediendo detrás del telón, descubriéndole sus secretos al ilusionista sin los cuales ya no puede mantener a sus embobados seguidores bajo el engaño de la fascinación que ejerce sobre ellos.
Por si no tuvieran más que suficiente con el desmentido dado por la misma Embajada norteamericana, lo peor del caso (para Felipe Calderón y para Arturo Chávez Chávez) vino cuando en el Congreso norteamericano se empezaron a abrir investigaciones para aclarar el asunto hasta sus últimas consecuencias. Independientemente del hecho de que hay miembros del Partido Demócrata en el Congreso norteamericano que tienen todas las intenciones del mundo por identificar a los más altos funcionarios dentro de la administración del Presidente Barack Obama que sabían de la operación Rápido y Furioso y que la autorizaron desde sus altos cargos (esto con la finalidad de hacerle al Presidente Obama su propio Watergate), en virtud de que la clase política norteamericana ve lo que está sucediendo en México como un asunto que puede impactar directamente la seguridad nacional de los Estados Unidos se ve en la mayoría de los congresistas norteamericanos una clara intención de llegar al fondo del asunto con la intención de empezar a cortar cabezas al más alto nivel. Y México no puede quedar atrás en esto. Si algún funcionario de alto nivel en México sabía de la operación encubierta Rápido y Furioso, ese funcionario necesariamente tendría que haber sido un funcionario federal situado en los más altos niveles de la administración calderonista, porque una información de este calibre no la comparte el gobierno norteamericano con un policía mexicano de la calle, ni siquiera con un agente ministerial o con un fiscal de rango mediano, estamos hablando aquí de los más altos niveles, lo cual necesariamente obliga a apuntar la mira directamente hacia Arturo Chávez Chávez o inclusive hacia el propio Felipe Calderón. De no haber sido por los dos agentes norteamericanos de la ATF que en marzo del 2011 decidieron abrir su boca, es muy posible que Arturo Chávez Chávez habría sido sostenido todavía hasta el día de hoy por Felipe Calderón contra viento y marea pasando por encima de las protestas de todos. Pero en una situación así, se trata del pescuezo del ayudante o del pescuezo del jefe (en el segundo caso, de ambos), y en una situación así el jefe no es el que está muy dispuesto a sacrificarse en aras de su subordinado. No le quedaba más alternativa a Arturo Chávez Chávez más que presentar su renuncia (no la presentó “por motivos de salud” porque ese pretexto ya está sumamente desprestigiado, pero lo que importa es que salió de su puesto y así no está obligado ya a presentarse en comparecencias ante el Congreso de la Unión en México).
El
mal desempeño de Arturo Chávez Chávez fue tan malo que inclusive ya
para principios de marzo del 2011 los norteamericanos habían tomado nota
de ello y se estaban quejando:
Chávez Chávez, sin altura para dirigir la PGR: EU
Agencia APRO
9 de marzo del 2011
En medio de los rumores sobre la inminente salida de Arturo Chávez Chávez de la Procuraduría General de la República (PGR), este miércoles se difundió un nuevo cable de WikiLeaks, en el que se revela que la designación del funcionario originario del estado de Chihuahua fue “totalmente inesperada e inexplicable políticamente”.
Chávez Chávez sustituyó en el cargo a Eduardo Medina Mora, quien actualmente funge como embajador de México en Gran Bretaña. Su nombramiento se concretó el 25 de septiembre de 2009, luego de recibir el visto bueno de 75 senadores.
El 15 de septiembre de ese mismo año, el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, envió al gobierno de su país un reporte sobre el cambio en la PGR. Se trata del cable 09MEXICO2701, uno de los primeros documentos elaborados por el diplomático estadunidense, cuya presencia en México ya se volvió incómoda para el gobierno de Felipe Calderón.
En dicho cable, Pascual califica a Arturo Chávez Chávez como “un soldado de a pie” que, pese a no ser una de las cartas más fuertes del presidente Felipe Calderón, arribó a la PGR.
De acuerdo con información publicada este miércoles por el diario La Jornada, Pascual menciona que Chávez Chávez “era un caballo negro en la lista que había estado flotando en los círculos políticos desde hace algún tiempo”.
La selección del relevo de Eduardo Medina Mora, agrega, "fue totalmente inesperada e inexplicable políticamente".
Chávez Chávez, quien era visto como alguien que enfrentaba a fuertes detractores en la comunidad de derechos humanos, debido a los defectos percibidos en su actuación como procurador de Justicia de Chihuahua, es descrito por Pascual como uno de los incondicionales del anterior secretario de Gobernación, Carlos Abascal.
Para el embajador estadounidense, las acusaciones que diversos organismos han realizado, derivadas de la poca sensibilidad del funcionario, es una severa problemática con la que cuenta el procurador.
Los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, agrega, “ganaron atención internacional, y las principales organizaciones de derechos humanos en el país y el extranjero han acusado a Chávez de no haber seguido enérgicamente los casos y afirman que incluso había ocultado pruebas”.
Para hacer el contrapeso, Pascual cita a sus allegados del PAN, que le piden tomar en cuenta el difícil entorno de Chihuahua para evaluar el desempeño de Chávez Chávez. “Dijeron que su reputación es de un tecnócrata ‘decente’ y ‘leal’”.
El diplomático envió al Departamento de estado “dos teorías” sobre la nominación de Chávez. Una, que Calderón, molesto con el rechazo del PRI a sus primeras selecciones, “decidió impulsar a un soldado de a pie del PAN, leal y con experiencia”; la otra, “que gana más impulso cada día, son los informes de que Calderón puede haber puesto a Chávez como un reto al PRI, es decir, que lo haya propuesto como una pieza sacrificable, pues si no pasaba en el Senado podría nominar a (José Francisco) Blake o Juan Miguel Alcántara”.
En otro cable revelado en diciembre pasado, se afirma que la disputa entre Eduardo Medina Mora, extitular de PGR, y Genaro García Luna, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), entorpeció el combate al narcotráfico.
Sin embargo, según un análisis de la misma embajada de Estados Unidos, el pleito iba en un escalón más arriba.
Asimismo, señala que el relevo en la PGR, ocurrido en septiembre de 2009, fue entre un abogado que había forjado “una sólida” y “muy positiva” relación con Estados Unidos, y un “operador político menos capaz”, por añadidura “aislado políticamente”.
Y valora que “tal vez lo más importante” de su gestión como procurador fue que Medina Mora fue “un jugador clave” en la definición de la Iniciativa Mérida, así como haber establecido “zonas de asistencia y cooperación”.
Entre sus méritos también se incluyen, según la embajada, los “arrestos sin precedentes de varios alcaldes por cargos de corrupción” (el llamado michoacanazo), “aunque esta operación se vio empañada por acusaciones de que consideraciones políticas impulsaron las detenciones”.
No obstante, Pascual señala que “el mayor fracaso de Medina Mora pudo haber sido su incapacidad para superar la profunda animosidad personal que tuvo con García Luna, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), una fuente de tensión adicional entre la PGR y la SSP que socava los esfuerzos de México contra el narcotráfico y complicó nuestra programación de la Iniciativa Mérida”.
Cuando lo anterior apareció publicado, varios analistas daban por hecho de que la salida de Arturo Chávez Chávez era un hecho consumado, si no de unas cuantas horas tal vez de unos cuantos días, dos o tres días a lo más. El siguiente cartón es típico y representativo de varios cartones que a comienzos de mayo del 2011 daban por hecho el colapso inminente e inmediato de Arturo Chávez Chávez:
Sin embargo, y mostrando una indiferencia absoluta hacia el sentir de la comunidad, Felipe Calderón siguió sosteniendo en su puesto a Arturo Chávez Chávez en contra de las protestas indignadas de muchos sectores sociales en México.
La salida por la puerta trasera de Arturo Chávez Chávez no parece haber sido a causa de su pésimo desempeño como Procurador General (jamás resolvió una sola narcoejecución como resultado de acciones investigativas inteligentes emprendidas al estilo Sherlock Holmes, repitiendo la nulidad que demostró con los casos de los feminicidios en Ciudad Juárez para los cuales demostró con creces su sobrada ineptitud como investigador). Pese a los repetidos reclamos por la salida de Arturo Chávez Chávez, Felipe Calderón continuó empeñado en sostener en tan alto puesto dentro de la PGR a lo más inepto e inútil que pudo haber encontrado en toda la República Mexicana el PAN-Gobierno. El capricho (no se le puede llamar de otra manera) de Felipe Calderón en seguir sosteniendo en su puesto a tamaña basura terminó costándole a México varios miles de cadáveres en el tiempo miserablemente perdido en el que Arturo Chávez Chávez estuvo al frente de la PGR sin haber hecho nada que valga la pena recordar para la posteridad, incluídos los muchos “daños colaterales” como los estudiantes de postgrado del Instituto Tecnológico de Monterrey masacrados a las puertas de la institución, el magnicidio del candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas, niños menores de los cinco años de edad asesinados a sangre fría a balazos y cuyos sicarios siguen libres paseándose por la calle en plena impunidad, así como centenares de agentes ministeriales honestos cuyo único pecado fue el no haberse dejado corromper por el crimen organizado. Ni siquiera la emboscada tendida a dos agentes del gobierno norteamericano el 15 de febrero del 2011 que terminó con la vida de uno de ellos fue suficientge para que se le echara de inmediato de su puesto. Nada de esto fue lo que precipitó la caída de Arturo Chávez Chávez. Lo que parece ser que vino siendo a fin de cuentas su talón de Aquiles fueron las inesperadas y oportunas revelaciones que empezaron a hacer agentes norteamericanos que pusieron al descubierto la operación ilegal Rápido y Furioso con la cual una agencia del gobierno federal, la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego ATF (Alcohol, Tobacco and Firearms), permitió la venta y el ingreso ilegal de armas de alto poder a México que terminaron costándole a México millares de cadáveres en homicidios atribuíbles al crimen organizado. Aunque la primera reacción de Felipe Calderón fue de supuesto enojo acusando a los norteamericanos de tal asunto, sin lugar a dudas Calderón se puso a temblar de pies a cabeza cuando los mismos agentes norteamericanos bocones que pusieron al descubierto el envío (autorizado por debajo del agua) de armas de alto poder a México para armar a los cárteles de la droga en México afirmaron que por lo menos “alguien en México” había sido informado de la operación y que estaba al tanto de ella. Esto empezó a salir a la luz pública a raíz de las revelaciones que fueron dadas a conocer al mundo el 3 de marzo del 2011, declaraciones hechas a la cadena informativa CBS por el agente federal norteamericano John Dodson:
a quien no le importó la posibilidad de perder su codiciado trabajo a causa de las denuncias que formuló en contra de su propia agencia, seguidas por otras revelaciones hechas el 21 de marzo del 2011 a la cadena informativa norteamericana CBS por el agente Rene Jaquez, en donde a través de la corresponsal investigadora Sharyl Attkisson se presentaron los testimonios de este agente federal que confirmó la venta autorizada de armas de alto poder a los narcotraficantes mexicanos con pleno conocimiento del gobierno de México que terminaron costándole su vida a un agente norteamericano de la patrulla fronteriza de nombre Brian Terry, el cual terminó convertido en cadáver como cortesía de los ineptos operativos implementados en México desde Estados Unidos por su propio gobierno. El agente Rene Jaquez al hablar con la cadena CBS sobre “Rápido y Furioso” manifestó su oposición a este tipo de operativos porque ponían en riesgo a todos los oficiales. “Creo que este incidente representa uno de los días más oscuros en la historia de la ATF”, advirtió Jaquez.
Felipe Calderón reaccionó ante los señalamientos que involucraban a su administración en la operación ilícita “Rápido y Furioso” de la manera como podemos ver en la siguiente nota:
Gobierno asegura que desconocía operativo "Rápido y Furioso"
Agencia APRO
10 de marzo del 2011
El gobierno mexicano negó que tuviese conocimiento de la puesta en marcha del operativo “Rápido y Furioso”, desplegado por autoridades estadunidenses con el que se permitió la entrada de miles de armas a México.
A través de un comunicado, la Procuraduría General de la República (PGR) fijo la postura en la que celebró el inicio de una investigación sobre el caso y señaló que el gobierno de México “no ha tenido conocimiento de la existencia de un operativo que incluyera el trasiego o tráfico controlado de armas a territorio mexicano”.
Y adelantó que ya solicitó formalmente la información detallada del proceso al gobierno de Estados Unidos.
La PGR incluso saludó el anuncio del procurador estadunidense Eric Holder de una investigación sobre el operativo llevado a cabo por la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) entre 2009 y 2010, con el que más de 2 mil armas entraron a México, entre ellas con la que fue privado de la vida el agente de Aduanas, Jaime Zapata.
Señaló que la decisión del Departamento de Justicia y la propia ATF de iniciar una investigación sobre el caso “refleja la voluntad de asegurar el apego a las leyes de ambos países y a los principios de cooperación mutuamente acordados”.
Además, refirió que la PGR ofreció su apoyo en todo lo que sea necesario, “a fin de que se esclarezcan plenamente los hechos y, en su caso, se sancione cabalmente a quienes hubieran cometido irregularidades”.
De hecho, según la PGR, desde que se tuvo conocimiento del operativo a través de los medios, se inició una investigación para esclarecer delitos que pudieran haberse cometido en territorio mexicano.
Al negar que tuviera conocimiento del operativo “Rápido y Furioso”, la PGR sostuvo que como parte del intenso intercambio de información que sostiene con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, mantiene contactos frecuentes sobre casos contra traficantes de armas, pero en este caso sólo reconoció que “la coordinación sostenida fue para el desahogo de diligencias, sobre detenciones de presuntos traficantes en Estados Unidos y para el acceso a sus interrogatorios.
“El gobierno de México no ha tenido conocimiento de la existencia de un operativo que incluyera el trasiego o tráfico controlado de armas a territorio mexicano”, subrayó la dependencia en el comunicado.
Según la PGR, por las declaraciones de Holder y luego de consultas a diversas dependencias estadunidenses, “se entiende que Estados Unidos no autorizó el trasiego intencional y controlado de armas a territorio nacional como parte de este operativo”.
Y sostuvo que el gobierno de México “no ha dado ni dará su autorización tácita o expresa, bajo ninguna circunstancia, para que ello ocurra”.
Finalmente, la PGR ratificó el compromiso del gobierno de México para fortalecer la cooperación bilateral y así “evitar y detener el tráfico de armas desde Estados Unidos hacia territorio mexicano”.
La versió oficialista no le duró mucho a Felipe Calderón, como podemos apreciarlo en la siguiente nota:
Embajada de EU desmiente a PGR: México sabía de operativo “Rápido y Furioso”
Agencia APRO
10 de marzo del 2011
La embajada de Estados Unidos en México desmintió a la Procuraduría General de l República, al sostener que autoridades mexicanas sí fueron notificadas de la operación “Rápido y Furioso” por la que se dejaron pasar de forma deliberada cerca de 2 mil armas de fuego a México.
Antes, la PGR había señalado que el gobierno de México “no ha tenido conocimiento de la existencia de un operativo que incluyera el trasiego o tráfico controlado de armas a territorio mexicano”.
Incluso adelantó que ya había solicitado formalmente la información detallada del operativo al gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, en un comunicado emitido esta noche, la representación diplomática a cargo de Carlos Pascual sostuvo que funcionarios mexicanos fueron informados sobre las acciones de los agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) a cargo de la estrategia.
La embajada de Estados Unidos en México aseguró que “Rápido y Furioso” fue una de muchas operaciones prioritarias contra el tráfico de armas llevada a cabo en territorio estadunidense.
Más aún, destacó que "fue una operación exitosa que desmanteló una banda de traficantes en Estados Unidos y llevó, entre otras cosas, a las acusaciones formales anunciadas el 25 de enero en Phoenix, Arizona, contra 20 individuos que presuntamente traficaban armas de fuego de Estados Unidos hacia México".
Y a contrapelo de la postura del gobierno de Felipe Calderón que fijó hoy la PGR, en el comunicado de la representación diplomática se afirma que “oficiales de procuración de justicia estadunidenses mantuvieron informados a funcionarios mexicanos a cargo de combatir el contrabando según se ponían en práctica las operaciones en Estados Unidos, hasta el 25 de enero, cuando 19 de los 20 acusados fueron arrestados. Agentes mexicanos estuvieron presentes durante los arrestos del 25 de enero en Phoenix”.
Todas estas revelaciones como las hechas por los agentes John Dodson y Rene Jaquez al noticiero CBS, al igual que las revelaciones dadas a conocer por Wikileaks, y al igual que las importantes revelaciones formuladas por ex-Yunquistas y ex-Tecos arrepentidos que ya se dieron cuenta de las terribles cochinadas y los planes secretos que sus propios cabecillas les han estado ocultando por tanto tiempo en relación a la conspiración nacional de la ultraderecha para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México bajo una simulación de democracia, todas estas revelaciones son valiosas para armar los rompecabezas que dan una visión más apegada a la realidad acerca de lo que verdaderamente ha estado sucediendo detrás del telón, descubriéndole sus secretos al ilusionista sin los cuales ya no puede mantener a sus embobados seguidores bajo el engaño de la fascinación que ejerce sobre ellos.
Por si no tuvieran más que suficiente con el desmentido dado por la misma Embajada norteamericana, lo peor del caso (para Felipe Calderón y para Arturo Chávez Chávez) vino cuando en el Congreso norteamericano se empezaron a abrir investigaciones para aclarar el asunto hasta sus últimas consecuencias. Independientemente del hecho de que hay miembros del Partido Demócrata en el Congreso norteamericano que tienen todas las intenciones del mundo por identificar a los más altos funcionarios dentro de la administración del Presidente Barack Obama que sabían de la operación Rápido y Furioso y que la autorizaron desde sus altos cargos (esto con la finalidad de hacerle al Presidente Obama su propio Watergate), en virtud de que la clase política norteamericana ve lo que está sucediendo en México como un asunto que puede impactar directamente la seguridad nacional de los Estados Unidos se ve en la mayoría de los congresistas norteamericanos una clara intención de llegar al fondo del asunto con la intención de empezar a cortar cabezas al más alto nivel. Y México no puede quedar atrás en esto. Si algún funcionario de alto nivel en México sabía de la operación encubierta Rápido y Furioso, ese funcionario necesariamente tendría que haber sido un funcionario federal situado en los más altos niveles de la administración calderonista, porque una información de este calibre no la comparte el gobierno norteamericano con un policía mexicano de la calle, ni siquiera con un agente ministerial o con un fiscal de rango mediano, estamos hablando aquí de los más altos niveles, lo cual necesariamente obliga a apuntar la mira directamente hacia Arturo Chávez Chávez o inclusive hacia el propio Felipe Calderón. De no haber sido por los dos agentes norteamericanos de la ATF que en marzo del 2011 decidieron abrir su boca, es muy posible que Arturo Chávez Chávez habría sido sostenido todavía hasta el día de hoy por Felipe Calderón contra viento y marea pasando por encima de las protestas de todos. Pero en una situación así, se trata del pescuezo del ayudante o del pescuezo del jefe (en el segundo caso, de ambos), y en una situación así el jefe no es el que está muy dispuesto a sacrificarse en aras de su subordinado. No le quedaba más alternativa a Arturo Chávez Chávez más que presentar su renuncia (no la presentó “por motivos de salud” porque ese pretexto ya está sumamente desprestigiado, pero lo que importa es que salió de su puesto y así no está obligado ya a presentarse en comparecencias ante el Congreso de la Unión en México).
La siguiente nota apareció en un periódico norteño publicado por sus coterráneos que lo conocen bien:
Vergüenza chihuahuense
De los reporteros
EL DIARIO
1 de abril del 2011
Después de varias semanas de especulación sobre su salida del gabinete, ayer finalmente dejó de ser titular de la Procuraduría General de la República, Arturo Chávez Chávez. Duró un año y medio en el cargo y no hizo sino convertirse en una vergüenza para los chihuahuenses. Ni por ser oriundo de este estado, mostró alguna vez algo de decisión o coraje para golpear en Chihuahua y especialmente en Juárez, a la delincuencia organizada.
Si su antecesor, Eduardo Medina Mora fue una nulidad, Chávez Chávez le dijo quítate que ahí te voy, y en el lenguaje del ex embajador Pascual de plano fue “non factor” en la estrategia gubernamental contra la criminalidad.
A pesar de que Juárez es ciudad emblema del gobierno federal en la lucha contra los cárteles, como procurador apenas se paró por aquí unas tres veces durante su gestión. Hasta Carlos Pascual siendo embajador (cargo en que duró casi el mismo tiempo) mostró más interés por Juárez que el abogado y político de origen blanquiazul, ya que el estadounidense participó aquí en más reuniones sobre seguridad que el propio Chávez Chávez.
Por cierto que a tres años del arranque de la Operación Conjunta Chihuahua, todavía es hora que la PGR no cumple con el compromiso aquel que como jefe del gabinete de seguridad realizó el fallecido secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, cuando anduvo por Juárez el 28 de marzo del 2008.
En ese entonces la PGR que encabezaba Medina Mora recibió la encomienda de agregar 63 agentes del Ministerio Público a la delegación local como parte de la Operación Conjunta, 23 peritos y nueve agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
Se sabe que ya andan aquí algunos agentes de SIEDO, uno que otro perito y varios agentes del Ministerio Público, pero nunca se cumplió al cien el compromiso que a Chávez Chávez le tocó retomar desde el 24 de septiembre del 2009, cuando se hizo cargo de la PGR, al salir Medina Mora por pleitos de gabinete con el todavía secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
La siguiente nota dá un resumen de los “logros” de Arturo Chávez Chávez:
Ex procurador deja fracasos en tribunales y planes truncos
María de la Luz González
EL UNIVERSAL
1 de abril del 2011
Tras una gestión de 18 meses, cuestionada por la falta de resultados tanto en el combate contra el crimen organizado como en temas de corrupción y organización de la Procuraduría General de la República (PGR), Arturo Chávez Chávez renunció a la dependencia, en la que deja proyectos inconclusos y fracasos en los tribunales de varios casos importantes.
El ex procurador se separa del cargo justo en medio de una investigación por corrupción que emprendió la Visitaduría General, que ya generó la destitución de los titulares de las Unidades Especializadas en Investigación de Delitos Financieros y Fiscales y de Delitos Cometidos por Servidores Públicos, quienes reprobaron los exámenes de control de confianza que les fueron aplicados.
Las investigaciones de la Visitaduría, órgano de control de la actuación de ministerios públicos, peritos y agentes de la Policía Federal Ministerial, abarcan también a servidores públicos de la Unidad de Investigación Especializada en Delitos contra los Derechos de Autor.
Chávez Chávez dejó pendiente también la reestructuración del Programa de Testigos Colaboradores, anunciada el 2 de diciembre de 2009, tras la muerte en dos semanas de dos de ellos: Enrique Bayardo del Villar, ejecutado en la colonia Del Valle, y Jesús Zambada Reyes, cuya muerte en una casa de seguridad de la Procuraduría se atribuyó a un suicidio.
Vínculos criticados
Con la sombra de su gestión como procurador en Chihuahua durante la época en que salieron a la luz los asesinatos de mujeres en esa entidad, y criticado por sus vínculos a los políticos panistas Diego Fernández de Cevallos y José Antonio Lozano Gracia, el ex funcionario mantuvo un bajo perfil en toda su gestión, con esporádicas apariciones en público.
Con Chávez Chávez al frente de la PGR, la dependencia enfrentó el fracaso en los tribunales del llamado michoacanazo, uno de sus casos de más alto perfil, pues implicó el enjuiciamiento de 36 alcaldes y funcionarios de Michoacán, de los cuales 34 fueron liberados, uno está prófugo (el ex diputado federal Julio César Godoy, hermano del gobernador Leonel Godoy) y sólo uno sigue en prisión.
El ex procurador dejó pendiente de resolución el asesinato del candidato al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, ejecutado en junio de 2010 y cuyas investigaciones fueron atraídas por la dependencia a su cargo.
Tampoco obtuvo resultados en el anunciado saneamiento de la Procuraduría, ni logró llevar la Operación Limpieza más allá de las consignaciones anunciadas por su predecesor, Eduardo Medina Mora a fines de 2008.
Rebelión de personal
Además, durante el año y medio de su gestión enfrentó la rebelión del personal de varias delegaciones estatales que se negó a ser readscrito a zonas conflictivas en las que opera el crimen organizado, como los estados de Jalisco, Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa o Ciudad Juárez, quienes interpusieron amparos, renunciaron o promovieron retiros y jubilaciones anticipadas.
Chávez Chávez no pudo controlar los cientos de demandas por reinstalación en la Policía Federal Ministerial, promovidas por agentes dados de baja, en su mayoría por reprobar los exámenes de control de confianza que les aplicaron y que tenían a la corporación en una situación de semiparálisis, obligada a conservar en sus filas a personal del que no podía disponer y en el que tampoco podía confiar.
Pese a todo ello, hace unos meses anunció la reestructuración de la AFI y la redefinición del nuevo perfil de los agentes de la Policía Federal Ministerial que, en su mensaje final, citó entre los logros de su gestión.
Pese a
todo, a Arturo Chávez Chávez no le fue tan mal. En otros países, por
haber tenido conocimiento de un operativo ilegal de envío de armas de
alto poder para armar deliberadamente a los narcotraficantes y no hacer
absolutamente nada para impedirlo, el acto habría sido considerado un
acto de alta traición que seguramente le habría costado a los
funcionarios involucrados el ser encerrados por el resto de sus vidas en
una fría mazmorra. Y hay países en los cuales se les envía al paredón
de fusilamiento o a la horca por el delito de traición a la Patria a
quienes incurran en este tipo de ofensa. Pero en el caso de Chávez
Chávez, simplemente se le “renunció” dándole oportunidad de volver a su
bufete jurídico con una buena cantidad de dinero en sus bolsillos y una
buena cantidad de conexiones y contactos en las esferas del gobierno
federal para seguir enriqueciéndose de la misma manera en que lo ha
hecho el corrupto abogado panista septuagenario Diego Fernández de
Cevallos (en lo que respecta al deterioro de la reputación pública,
parece ser que esta es una de las cosas que menos les preocupan a estos
individuos). Estos son los mismos sujetos que cuando el PAN no ganaba
una sola gubernatura y a duras penas podía ganar alguna alcaldía pequeña
se proclamaban como “la salvación de México” ofertando un “cambio” que
nunca llegó. Y es que cuando llegaron por fin al poder, ya estaban
infestados e infiltrados por la ultraderecha Yunquista, misma razón por
la cual a fin de cuentas les fue posible llegar al poder.
El precio que tuvo que pagar México como nación por haber sido sostenido Chávez Chávez en su bien remunerada chamba
fue estratosférico, en sangre, en dolor, en sufrimiento, a lo largo y
ancho del país. Lo que para él sólo fue un buen “hueso” dentro del
gobierno para el resto de México fue un descenso vertical hacia un
barranco sin fondo. En realidad, por mucho que se le quiera justificar a
Chávez Chávez y por mucho que se quiera dulcificar su desempeño al
frente de la PGR, la cruda realidad es que -tal y como se esperaba y
como muchos se lo advirtieron públicamente a Felipe Calderón, entre
ellos Spectator- estuvo precisamente a la altura de lo que se esperaba de él, produciendo resultados nulos,
evidentes con la cifra de casi 32 mil cadáveres acumulados cuando
ocurrió el asesinato de un agente consular norteamericano que fue a fin
de cuentas la gota que derramó el agua de un vaso que estaba ya bien
colmado. En última instancia, la culpa no fue toda del inepto Arturo
Chávez Chávez, ya que él simplemente aceptó una jugosa y bien pagada chamba
dentro del igualmente inepto gobierno federal panista llevándose
consigo a lo más inepto que pudo haber encontrado en todo México, a
Francisco Molina Ruiz. La culpa
principal recae precisamente sobre los hombros de aquél que lo escogió
para tan delicado cargo y que lo sostuvo por demasiado tiempo pese a las
protestas más indignadas de la ciudadanía sin importarle el
acumulamiento de millares de cadáveres y escándalos tales como el
“Michoacanazo” de tan triste memoria. Y esta es una
responsabilidad equiparable a un acto de criminalidad. Arturo Chávez
Chávez y Francisco Molina Ruiz fueron simplemente comparsas ineptos y
corruptos de un hombrecillo que nunca tuvo estatura de verdadero líder,
más preocupado por garantizarle la continuidad al PAN-Gobierno en el
poder por muchos sexenios venideros que en resolver siquiera una ínfima
parte de los problemas que él mismo le generó a un país que en muy mala
hora aceptó su imposición pese a los inmensos nubarrones de duda que
siempre hubo sobre su legitimidad.
Con
la finalidad de alejar los reflectores de Arturo Chávez Chávez, la
respuesta de Felipe Calderón fue proponer a toda prisa a una mujer para
ser la primera Procuradora General de la Nación. La primera mujer
procuradora general en la historia la PGR, ¿no es esta toda una gran
noticia suficiente como para que Arturo Chávez Chávez sea rápidamente
olvidado? En su prisa, Felipe Calderón no medió que su ungida también tiene cola que le pisen, como lo comenta el siguiente analista:
La PGR, de mal en peor
Raymundo Riva Palacio
Columna Estrictamente Personal
1 de abril del 2011
Marisela Morales fue propuesta por el presidente Felipe Calderón para ocupar la Procuraduría General de la República, y de ser aprobada por el Senado, será la primera mujer que llega a ese cargo en su historia.
El tercer relevo en la PGR se dará justo a días de que la arroparan en Washington la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la primera dama, Michelle Obama, al premiarla como la mujer más valiente de México.
Pero no hay que perderse en la celebración y el oropel. Por años ha chapaleado en el lodo, como soldado incondicional del Presidente en turno, a costa de la ley que está obligada a procurar.
Morales es la metáfora de la burócrata que por disciplinada y gris llega a la cúspide de su carrera.
Fue revivida por el entonces procurador Eduardo Medina Mora, que la nombró jefa de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), tras descubrir que sus mandos trabajaban para el narcotráfico.
En una paradoja que marcó su destino, estaba tan excluida y arrumbada en la última fila de la SIEDO, que no fue contaminada por la corrupción imperante.
Entró al cargo empapada de miedo. No quería aparecer en conferencias de prensa y en las primeras en las que participó pedía que no le tomaran fotografías de la cara.
Entró en la tormenta de la “Operación Limpieza”, pero no tuvo que hacer nada, pues cuando se supo públicamente del caso ya estaba en manos del juez.
Lo que sí le encargaron fue el llamado “Michoacanazo”, la acción donde se detuvo a una treintena de políticos michoacanos por su presunta vinculación con los cárteles de la droga. Prácticamente todos los detenidos se encuentran en libertad, en parte porque no se integraron al expediente todas las pruebas de que disponían las autoridades.
La jefa de la SIEDO no hizo bien su trabajo, debido a lo cual una operación judicial de gran envergadura se convirtió en un asunto meramente político. Jurídicamente, se puede argumentar que fue un fiasco.
No importó en su designación. La forma como se ha prestado a la politización de casos jurídicos, parece ser hoy una virtud.
El caso más famoso fue el desafuero contra el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel Lópéz Obrador, cuando lo acusaron de haber violado la suspensión de un amparo en el predio “El Encino”.
El caso, paradigmático en el gobierno de Vicente Fox, lo construyó el procurador Rafael Macedo de la Concha, quien responsabilizó de ello a Morales, que era la coordinadora general de Investigaciones de la PGR.
El alegato de Morales en contra de López Obrador fue que al negarse a detener las obras en “El Encino” –un camino para conectar a un hospital en Santa Fe–, había inutilizado el terreno y ocasionado graves perjuicios a los dueños de la propiedad.
Para que pudiera ser juzgado ante el Ministerio Público, el Congreso lo desaforó.
En vísperas de que se girara orden de aprehensión en contra de él, Fox fue persuadido del error político que estaba cometiendo –por una falta administrativa menor que alcanzaba fianza–, y reculó.
El desafuero de López Obrador causó el despido de Macedo de la Concha y el retiro temporal de la PGR de Morales, quien ya había abusado antes de su poder.
En 2005 se le abrió una investigación por falsificación de pruebas y delitos contra la administración de justicia, por haber acusado a Benjamín Sánchez Magallán, ex coordinador de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada –antecesora de la SIEDO–, de sustracción de documentos del caso del crimen del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Morales lo acusó en 2003 de desaparecer la declaración del nuncio papal Jerónimo Prigione, por lo que lo arrestaron. Sánchez Magallán se amparó y la denunció por las irregularidades en su consignación.
Tampoco importó. Morales ha probado ser funcional al Ejecutivo, como no lo fueron sus antecesores.
Y
todavía hay quienes se preguntan el por qué andan tan mal las cosas en
México, con todo y que quienes están desgobernando a México, incapaces
de admitir y aceptar honestamente sus terribles errores y sus pifias,
tratan de seguirle echando la culpa de todos sus fracasos y sus
desaciertos a quienes no están gobernando a México por no ocupar cargo público alguno.
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POST SCRIPTUM:
Una confirmación acerca de los presuntos nexos de Arturo Chávez Chávez con un cártel del crimen organizado se conoció públicamente el 21 de junio del 2011 con la divulgación a través de Wikileaks de un cable confidencial enviado por la Embajada de los Estados Unidos en México a Washington, el cable 09MEXICO2759 de acuerdo al cual en el informe que envió el embajador Carlos Pascual a Estados Unidos el 21 de septiembre del 2009 se señala que Arturo Chávez Chávez siendo Procurador de Justicia en Chihuahua ofreció una “mano de ayuda” a un cártel local, según lo publicaron medios nacionales tras la revelación del cable. Dicho cable con la información fue enviado por el Embajador Pascual cuatro días antes de que Chávez Chávez fuera ratificado como Procurador General de la República (un año y medio después renunció a dicho cargo). El cable, quizá para proteger el anonimato de los informantes al servicio de las agencias de inteligencia del gobierno norteamericano, no menciona nombres específicos de las personas que suministraron los datos que ligan a Arturo Chávez Chávez con uno de los cárteles de la droga, posiblemente tales nombres y tales datos se encuentren en algún otro expediente secreto del gobierno norteamericano. Pero es imposible que el indiciado pueda alegar que el cable es parte de “una campaña de desprestigio” en su contra, porque el cable no fue elaborado por cualquiera de los que los vocingleros del oficialista PAN-Gobierno han dado en acusar de ser “un peligro para México”, como tampoco tenía esta información la intención de ser ventilada en público ni en un futuro cercano ni en un futuro lejano. Se trató de un señalamiento concreto hecho por el Embajador norteamericano en base a los mejores informes disponibles para los servicios secretos de inteligencia norteamericano que, exceptuando a las vastas redes de espionaje montadas por los militantes de la ultraderechista Organización Nacional del Yunque y sus creadores el grupo neo-fascista Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, no hay nada en el gobierno de México que pueda aspirar a poseer la calidad de información que poseen las agencias del gobierno norteamericano. Como tampoco había intención alguna de compartir dicha información con el mismo Presidente de México Felipe Calderón quien fué, a fin de cuentas, precisamente el que nominó al archi-corrupto e inepto Arturo Chávez Chávez para ser Procurador General de la República, sosteniendo a tamaña desventura en tan alto puesto hasta que Felipe Calderón por una ocasión en su vida se tuvo que tragar su vanidad y su soberbia caprichuda “renunciando” a tan cuestionable personaje sólo para terminar nominando para Procuradora General de la República a una funcionaria casi tan inepta como Chávez Chávez que queriendo quedar bien con Felipe Calderón agradeciéndole el favor la emprendió en contra del empresario priista Jorge Hank Rhon de Tijuana con desastrosos resultados para esa aventura de obvio corte electorero pro-panista que le salió muy mal a la Procuradora.
Por otro lado, el 7 de noviembre del 2011, acatando una orden directa emanada de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en Ciudad Juárez se develó el “Monumento en Memoria de las Mujeres Víctimas de Homicidio por razones de género en Ciudad Juárez” en el predio conocido como Campo Algodonero. En medio de reclamos de justicia, el Estado Mexicano reconoció no haber cumplido con sus deberes y obligaciones en el caso de los homicidios de mujeres cuyos cuerpos fueron localizados en noviembre del 2001 en el denominado Campo Algodonero de esa localidad y pidió perdón por sus omisiones. “Por todos los actos (irregulares) y omisiones que nunca debieron tener lugar, porque fueron actos de violencia, discriminación e irresponsabilidad del Estado Mexicano en su conjunto, cuya consecuencia fueron la pérdida de vidas humanas y la devastación de familias enteras. Por ello, pedimos perdón”, dijo Felipe de Jesús Zamora, subsecretario de Gobernación federal. De este modo, en un acto público realizado en ese lugar donde hoy se erige un memorial en honor de Laura Berenice Ramos Monárrez, Esmeralda Herrera Monreal y Claudia Ivette González –ubicado en Paseo de la Victoria y Ejército Nacional– autoridades de tres niveles de gobierno dieron seguimiento a lo ordenado hace dos años por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desafortunadamente, los que realmente deberían haber pedido perdón porque por su negligencia e ineptitud crasa el problema de los feminicidios en Ciudad Juárez llegó a proporciones trágicas descomunales, los que en su momento a la vez que cobraban altos sueldos en su nómina como Procuradores Generales de Justicia en el Estado se limitaban a darle largas al asunto, Francisco Molina Ruiz y Arturo Chávez Chávez (ambos del PAN), no estuvieron presentes en el evento. Los que pidieron perdón a nombre del gobierno estatal fueron unos funcionarios emanados de una administración priista que no tuvo absolutamente nada que ver con la farsa trágica iniciada justo al año siguiente en que el hoy multimillonario (y Embajador en Canadá gracias al Presidente panista Felipe Calderón) Francisco Barrio Terrazas se convirtió en el primer Gobernador de Chihuahua emanado del PAN (desde aquella administración nefasta, el pueblo de Chihuahua ya no ha vuelto a votar por para ser gobernado por la ultraderecha chihuahuense.
¿Pedirle perdón Francisco Molina Ruiz y Arturo Chávez Chávez a las víctimas y familiares de víctimas en el Monumento recién develado? ¡Ni pensarlo un solo momento! Estos tipos son demasiado vanidosos y soberbios como para dignarse a aceptar error o equivocación alguna (Francisco Barrio no envió ni siquiera una carta suya desde Canadá para ofrecer las disculpas que debería de haber ofrecido. Pero de cualquier modo, Felipe Calderón lo siguió sosteniendo en su puesto como Embajador de México en Canadá). Que al fin y al cabo el pueblo de México es el que les paga todos sus privilegios.
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