De Alemania se exportan actualmente al resto del mundo harmónicas Hohner, automóviles Volkswagen, acero, productos farmacéuticos, equipo electrónico, y muchas otras cosas.

Pero a finales de la Segunda Guerra Mundial, Alemania exportó hacia otros países, principalmente Sudamérica y España, cierto producto indeseable que estaba huyendo para no enfrentar a los sobrevivientes de las atrocidades cometidas por los integrantes de este producto nocivo, atrocidades cometidas en los campos de batalla y en los campos de concentración. Estamos hablando de seres totalmente deshumanizados, animalizados en grado extremo, seres que descendieron a un nivel de bestialidad pocas veces visto en la historia moderna. Y cuando salieron de Alemania se llevaron consigo su bestialidad e inhumanidad para darle a los países que cometieron el error de darles asilo una probadita de esa bestialidad. Un caso particular entre muchos aparece documentado en la siguiente nota periodística:

Muere en prisión de Chile ex cabo nazi que fundó temible enclave alemán
Agencia AFP
24 de abril del 2010

El ex cabo nazi Paul Schäfer, fundador de una enclave de alemanes en Chile donde se perpetraron torturas y abusos sexuales contra niños, murió el sábado en Santiago a los 88 años, por una dolencia cardiaca en el hospital penitenciario donde cumplía condena.

La salud de Schäfer se agravó en las últimas horas, y falleció a las 07H20 locales (11H20 GMT) producto de una enfermedad cardiaca grave, según detalló Gendarmería, la entidad estatal que administra las cárceles en el país.

“La causa inmediata de la muerte es un paro cardiorrespiratorio, debido a la deficiencia coronaria que él padecía y a su edad”, informó por su parte el juez Jorge Cepeda, quien investiga los delitos cometidos dentro de la llamada “Colonia Dignidad”.

Junto con un grupo de colonos alemanes, Schäfer fundó en 1961 la Colonia Dignidad, en la región del Maule, en el sur de Chile, una sociedad benefactora para niños desprotegidos.

Pero luego salieron a la luz los abusos cometidos en ese lugar, que lo obligaron a abandonar el país. Entre 1997 y comienzos de 2005 no se supo de su paradero hasta que fue capturado por la policía argentina en marzo de este último año, y luego trasladado a Chile para ser condenado por diversos delitos contra menores que vivían en el enclave.

“La muerte de Paul Schäfer impide continuar la persecución penal porque no hay persecución penal en este mundo con los que están muertos. Sin embargo, sabemos que hay otra justicia que nunca termina, que es la justicia divina”, reaccionó el presidente chileno Sebastián Piñera.

El ex soldado nazi fue condenado a 7 años por homicidio calificado, 3 años por infracción a la Ley de Control de Armas, 3 más por torturas y 20 años por abusos sexuales contra menores.

Piñera ofreció endurecer las penas por ese tipo de abusos. “Si hay que endurecer las penas (contra quienes abusen de niños) vamos a endurecerlas”, dijo.

Colonia Dignidad también fue vinculada con la dictadura del fallecido general Augusto Pinochet (1973-1990): la Comisión de la Verdad que funcionó al retorno de la democracia, determinó que las instalaciones de los colonos sirvieron para recluir a presos políticos.

“La Comisión también ha tomado nota de que otras fuentes, incluso del extranjero, han llegado asimismo a la conclusión de que Colonia Dignidad habría sido al menos utilizada como un centro de detención de presos políticos”, detalló la comisión que presidió el jurista Raúl Rettig, en su informe entregado en 1991.

Tras ser condenado, Schäfer fue ingresado en una cárcel de alta seguridad, pero su mal estado de salud obligó a su traslado al hospital penitenciario donde falleció.

El abogado Hernán Fernández que representa a varias de las víctimas de Schäfer, aseguró que aún están pendientes sentencias por varios casos de abuso, tanto contra el ex jerarca como a sus colaboradores.

“La muerte de Paul Schäfer debe dar un impulso final para que exista justicia y reparación”, señaló.

Tras la salida de Schäfer de Chile, Colonia Dignidad pasó a llamarse Villa Baviera, cuyos habitantes recibieron el apoyo del gobierno y tratamiento psicológico, mientras varios colonos volvieron a Alemania.

Rebeca Schäfer, hija adoptiva del ex militar, llegó al hospital penitenciario de Santiago, para hacerse cargo de los trámites de sepelio.

No existe duda alguna entre los chilenos de que la “Colonia Dignidad”:




conocida también como Villa Baviera:




fue utilizada por el General de ultraderecha Augusto Pinochet tras su sangriento golpe de estado en Chile como un centro de detención, tortura y exterminio, aprovechando para ello la “experiencia” adquirida durante la Segunda Guerra Mundial por el degenerado violador y torturador de niños Paul Schäfer:




en los tiempos en los que el también ultraderechista dictador alemán Adolfo Hitler dió su visto bueno y sus parabienes a todas las crueldades cometidas por las legiones de demonios que estaban bajo sus órdenes incondicionales. Así agradeció la bestia carnicera Nazi Paul Schäfer a los chilenos por haberle abierto generosamente sus puertas cuando estaba huyendo como rata asustada de la acción de la Justicia en Europa, abusando sexualmente de niños chilenos que no se podían defender de las aberraciones perpetradas en contra de ellos por este degenerado y abominable depredador.

Existe una sospecha fundamentada de que el sangriento dictador golpista de ultraderecha Augusto Pinochet siempre estuvo enterado de los atroces abusos sexuales que se cometían en contra de niños indefensos en la mal llamada “Colonia Dignidad” pero que nunca hizo absolutamente nada al respecto dada la gran admiración que este hipócrita dictador chileno tenía hacia todos sus “colegas anticomunistas alemanes del Tercer Reich” asilados en Chile, un hecho que ahora resulta dificil de probar estando ya muertos tanto Paul Schäfer (24 de abril del 2010) como su protector y cómplice Augusto Pinochet (10 de diciembre del 2006). Para que pudiera caer Paul Schäfer y enfrentar la justicia chilena, primero tuvo que caer del poder Augusto Pinochet en cuya época la única justicia que podía obtenerse en ese atribulado país era la justicia dizque “anticomunista” (en realidad, fascista, al estilo de la Falange de España) del dictador Pinochet. Y tanto los chilenos como el resto del mundo ya sabemos cómo funciona ese tipo de justicia. De lo que podemos estar absolutamente seguros es que Augusto Pinochet jamás habría emprendido acción alguna en contra de Schäfer aún estando perfectamente enterado de lo que este criminal importado de la Alemania Nazi le estaba haciendo a los niños chilenos, porque esta clase de gente inmunda siempre se ha protegido entre sí y se ha apoyado la una a la otra al descender juntos a niveles de bestialidad y sadismo propios de la gente que es afín a los ideales “nacionalistas” de la extrema derecha, no importando que sus víctimas indefensas no sean ni judíos ni masones ni comunistas sino simples niños y niñas que tuvieron la desgracia de convivir en tiempo y lugar con estos seres infernales.

De haber sabido los padres de familia chilenos lo que ese monstruo llamado Paul Schäfer le estaba haciendo a sus hijos en la infernal “Colonia Dignidad”, lo más probable es que habría terminado siendo linchado por ellos... para ser después glorificado y ensalzado elevado a la categoría de mártir y héroe por los pseudo-literatos del revisionismo fascista como el barcelonés Joaquín Bochaca y el mexicano Salvador Borrego, los cuales torciendo la Historia como lo han estado haciendo miles de veces en su propaganda basura se habrían referido a este remedo de ser humano como “un noble y glorioso anticomunista alemán que fue sacrificado por los comunistas, los masones y los judíos que se le metieron en su Colonia Dignidad fundada por él y en donde tanto bien le hizo a los niños chilenos con los que siempre se comportó como un padre noble y generoso”.

En realidad, Paul Schäfer no fue diferente en nada a otros carniceros amorales y sádicos que cometieron desmán y medio con total impunidad en contra de civiles indefensos durante la Segunda Guerra Mundial. Ciertamente no resultó ser diferente a Reynahard Heydrich, como tampoco resultó ser diferente a Heinrich Boere, a Heinrich Himmler y a los miles y miles de psicópatas y enfermos mentales como ellos que dieron rienda suelta a su inhumanidad sobre gente que nunca les había hecho nada y a la cual ni siquiera conocían. Este es el tipo de gente de la cual nunca hablan mal los literatos revisionistas de la ultraderecha como Salvador Borrego y Joaquín Bochaca, y si hablan de ellos es únicamente para alabarlos como los supuestos “héroes” que estaban “salvando” a la humanidad de la mitológica “gran conspiración judía masónica comunista”, esa farsa propagandística que tuvo su origen en el fraude literario más grande de todos los tiempos, Los Protocolos de los Sabios de Sión. Y como Stalin llevó a cabo sus “purgas” en Rusia, pues ¿por qué no habrían de estar justificados todos estos psicópatas en estar haciendo lo mismo inclusive sazonando sus actos con mayor crueldad haciendo gala de su inventiva y de su capacidad infinita para descubrir nuevas formas de provocar dolor en otros? (exculpante por comparación).

Es precisamente a criminales de la peor ralea posible como Paul Schäfer -un ingrato que terminó torturando y abusando sexualmente de niños indefensos del mismo país sudamericano que generosamente le concedió asilo a esta bestia infrahumana permitiéndole evadir la acción de la justicia- a los cuales se venera en la propaganda de la extrema derecha glorificándolos y elevándolos a la categoría de super-héroes, y para comprobarlo basta con leer de principio a fin un libro de corte propagandístico neo-fascista como Waffen SS del charlatán revisionista Salvador Borrego:




para ver la manera en la cual se ensalza a esta clase de alimañas. Nada les agradaría más a autores como Salvador Borrego y a promotores del neo-fascismo encubierto como los propietarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara que ver a cada joven mexicano convertido en un “soldado” como Paul Schäfer, dispuestos a matar sin mostrar jamás el menor asomo posible de misericordia y disciplinados para morir en el campo de batalla peleando fanáticamente por su líder. Estos homicidas a los que tanto alaban los alucinados de la nueva ultraderecha mexicana estaban cortados todos con la misma tijera, sacados del mismo molde, y como ejemplo de ello tenemos a tropas que destacaron por su crueldad tales como el “Batallón Especial Dirlewanger” y la 29ª División SS comandada por Bronislav Kaminski. Específicamente,Oskar Dirlewanger fue teniente durante la Primera Guerra Mundial y al finalizar ésta se afilió a los grupos paramilitares anticomunistas, siendo detenido en dos ocasiones por tenencia ilícita de armas. Tras salir de la cárcel se doctoró en ciencias políticas y se afilió al partido Nazi en 1923, donde desempeñó varios cargos. En 1931 volvió a la cárcel por secuestrar y abusar de una menor, seguramente sirviendo como “ejemplo” a ser seguido por “soldados” criminales como Paul Schäfer. Al poco rato de salir volvió a reincidir con otra menor y de nuevo volvió a prisión. Con todos estos antecedentes, sin lugar a dudas el doctor Dirlewanger era un pederasta confirmado, pero a fin de cuentas era un pederasta amigo de Himmler, quien le sacó de la cárcel. En 1937 se alistó en La Legión Española, y luego pasó a formar parte de la Legión Cóndor. Tras la Guerra Civil Española, después de afianzar al fascista Francisco Franco como el dictador supremo de toda España de y de todos los españoles que no tuvieron la suerte de asilarse en México, Dirlewanger volvió a Alemania, donde volvió a abusar nuevamente de menores (la ciencia médica ha llegado a la conclusión de que la pedofilia activa es una enfermedad que nunca se cura), pero en esta ocasión fue declarado inocente y además consiguió ser rehabilitado y ascendido en las SS, de nueva cuenta gracias a sus amistades con Himmler. Dentro de su cargo en las SS, Dirlewanger tuvo la “brillante idea” de formar una unidad militar con presos con los peores antecedentes posibles sacados de las cárceles y comandarla en persona. En un principio esta unidad estaba formada por cazadores furtivos, pero eventualmente terminó enlistando criminales de toda índole, siendo habitual que se conmutaran penas de muerte a cambio de unirse a esta unidad. La unidad entró en acción en 1941 como unidad anti-partisana en la zona deLublin y enseguida mostró una forma de actuar brutal: incendios, violaciones, asesinatos y torturas sin precedentes, a tal grado que esto llamó la atención a los mismos mandos de las SS que decidieron trasladar al grupo de soldados criminales a la zona de Rusia Blanca en donde reanudaron sus orgías de sangre con mayor intensidad, aunque de cualquier manera en pocos meses Lublin volvería a recibir la visita de esta “plaga bíblica”. La fama del grupo criminal y su eficacia antipartisana causó gran satisfacción en Himmler, que decidió ascender a la unidad a Brigada de Asalto recibiendo el nombre oficial de 36ª División SS, lo cual además le garantizó una fuente de reclutas casi inagotable al convertir a la unidad de Dirlewanger en el destino de oficiales y soldados del ejercito, las SS y la policía condenados por tribunales militares, o sea lo peor de lo peor, inclusive entre las filas de las mismas SS, convirtiéndose en una autentica “División de Castigo” en donde los castigos corporales, los latigazos y la pena de muerte eran comunes ante la menor falta de disciplina. De este modo, la Brigada Dirlewanger era tan brutal por dentro como por fuera. Muy lejos del pintoresco panorama que pinta el enajenado pseudo-historiador revisionista mexicano Salvador Borrego en su libroWaffen SS al afirmar que la disciplina dentro de estas divisiones criminales era el producto del “gran amor a la Patria”, el incuestionable “nacionalismo” y el venerable “espíritu de entrega y auto-sacrificio”, la cruda realidad es que esta “disciplina” a fin de cuentas no era más que la obediencia mostrada obtenida de una horda de criminales y psicópatas a los cuales les esperaba una suerte mil veces peor si se atrevían a romper las reglas impuestas por líderes tan criminales como ellos. La “gran gesta” en que la participaría la temible División del homicida pedófilo Dirlewanger seria el aplastamiento de la insurrección de Varsovia, donde Dirlewanger y Bronislav Kaminskibajo las ordenes del general SS Erich vom dem Bach-Zelewskicompitieron por ver quien mataba mas gente y de la forma mas brutal. En lo que toca a Bronislav Kaminski, éste había sido un maestro de escuela en Ucrania, su madre era polaca y su padre alemán. Ferviente devoto de la burda fantasía de “la gran conspiración judía masónica comunista” nacida del fraude literario más grande de todos los tiempos,Los Protocolos de los Sabios de Sión, formó un grupo anti-partisano que limpió de partisanos toda una región. Ganándose la admiración de Himmler por sus terribles métodos y torturas orientales, obtuvo un cargo en las SS donde ascendió meteoricamente, llegando en poco tiempo a ser general de 6000 hombres y un regimiento de carros de combate, nutriendo su división de anticomunistas ucranianos y desertores y prisioneros del Ejercito Rojo. Así pues, Varsovia fue el terrible escenario en donde Dirlewanger y Kaminski coincidieron y se conocieron, ambos con un objetivo: aplastar la insurrección. La coincidencia de ambas divisiones hizo que se creara una rivalidad entre ambas y una especie de competición de sadismo que se cebó sobre todos los no-combatientes y en especial sobre los civiles indefensos; mujeres y niños sufrieron violaciones, mutilaciones y torturas de todo tipo. Se presume que la “competencia” la ganó Kaminski, ya que tenía dos pirámides de cabezas cortadas a la entrada de su puesto de mando, aunque Dirlewanger no se quedó atrás, ya que coleccionaba manos. Pero este ciclo de violencia brutal resultó ser totalmente ineficaz contra la insurrección, si acaso reafirmó la convicción entre los partisanos de pelear hasta la muerte en contra de los invasores alemanes a sabiendas de lo que les esperaba si llegaban a caer vivos en manos de estas bestias -¿quién no preferiría mil veces morir luchando hasta la muerte contra estas hordas de “soldados disciplinados” antes que ser capturado por estos carniceros que deberían haber sido desde un principio la materia prima de las cárceles y los manicomios de Alemania?-; y además causó la protesta de los demás mandos militares alemanes que pese a no ser escuadrones de santos y monjes terminaron asqueados de tanta violencia gratuita. Todo este revuelo llegó a oídos de Hitler, el cual para contener el creciente descontento entre los altos mandos militares de un país que se había ufanado de haber sido la cuna de Beethoven, Mozart, y Bach, fingiendo escandalizarse ordenó el retiro de Varsovia a las dos unidades para hacerle posteriormente un consejo de guerra a sus mandos. Sin embargo, en una demostración de lo que era la “justicia” al estilo Nazi, solo Kaminski pagó los platos rotos y terminó siendo ahorcado a manera de chivo expiatorio, utilizado por Hitler para calmar las cada vez más indignadas protestas de los oficiales alemanes a los cuales todavía les quedaba algo de cordura mental. Dirlewanger una vez más se salvó gracias a Himmler, e incluso se le condecoró con la “Cruz de Caballero”. Después de esto la Brigada Dirlewanger deambuló por el frente oriental hasta la derrota, y Dirlewanger cayó en manos occidentales, ingresándosele en el hospital de Althausen, en Baviera. Aquí es en donde se le pierde la pista, ya que según unos murió por las heridas de muerte natural, y eso es lo que redacta el parte de defunción, escrito por un oficial francés, otros dicen que le mataron sus propios ex-soldados sedientos de venganza en el campo de prisioneros. Pero la versión mas extendida es que fue raptado por soldados polacos y asado vivo. La peor versión es la que le sitúa sirviendo en el ejército egipcio en los años 50. Ante el miedo justificable de que esta última posibilidad fuera verdad, se exhumó el cadáver en 1960 y se comprobó que efectivamente el muerto era Oskar Dirlewanger, genio del mal y “ejemplo a seguir” por discípulos suyos como Paul Schäfer en el continente americano después de terminada la Segunda Guerra Mundial. ¡Y con estos “arios” malvados proclamados como “seres espiritualmente superiores” por la propaganda Nazi planeaba Hitler gobernar al planeta con la ayuda de sus lacayos y títeres tales como Francisco Franco en España, Benito Mussolini en Italia y sus devotos propagandistas y seguidores en Latinoamérica que aún lloran la derrota de estos monstruos como si realmente hubiese sido una “derrota mundial” y que aún laboran desde la clandestinidad para volver a encender la antorcha de toda esta locura!

Los homicidas de las Waffen SS hasta la fecha son alabados por la ultraderecha contemporánea como “militares revestidos de valor” entregados voluntaria y desinteresadamente (fanáticamente) a cualquier clase de sacrificio “por la Madre Patria” actuando en todo momento “con gallardía y con honor”. ¿Qué “gallardía” y “qué honor” puede haber en disfrutar la mutilación corporal de niños y ancianos aún con vida empleando para ello pinzas y cuchillos candentes al rojo vivo? ¿Qué “valor” puede haber en el empleo de ácidos industriales altamente corrosivos usados como pasatiempo para desfigurar y privar de su belleza a jóvenes indefensas después de haber sido violadas y mutiladas con el mayor sadismo posible a manos de los dementes oficiales Nazis de las SS? Nunca antes en la historia de la humanidad se habían visto niveles de saña y de brutalidad como los mostrados por esos alemanes vestidos de negro indoctrinados fanáticamente para encontrar placer en provocarle a sus víctimas el mayor sufrimiento posible en los cuartos de tormento e interrogatorio de las Waffen SS que al final de cada día quedaban hediondos con tantas atrocidades llevadas a cabo, martirizando a gente indefensa llevándola hasta la locura o matándola de dolor. Y esto no es “propaganda comunista” ni es “propaganda judía” ni es “historia oficial inventada por maestros masones”, son hechos reales reconocidos por los mismos historiadores alemanes de hoy. Estas son las atrocidades que los cabecillas de la extrema derecha contemporánea les ocultan a sus alucinados seguidores.

Antes de iniciar el camino sin retorno para convertirse en alguien como Oskar Dirlewanger o Paul Schäfer con la lectura de doctrinarios neo-fascistas de ultraderecha tales como Waffen SS de Salvador Borrego, antes de dejarse llevar por ese sendero, el “elegido” se debe a sí mismo balancear la propaganda a la cual está siendo expuesto su cerebro con la lectura de otros libros más convencionales y con mayor información, libros tales como The Cruel Hunters de French L. MacLean:




Les Chasseurs Noirs de Christian Ingrao:




sin permitir que otros piensen por él ni que le digan lo que tiene que hacer con su vida entregtado al servicio de los que lo están reclutando y dispuesto a ofrendar su vida por ellos tras el “indoctrinamiento”.

Como nos lo demuestra lo ocurrido en Chile, el infierno en la Tierra que se desató con el arribo de la enloquecida ultraderecha al poder en Alemania en 1929 y la liberación sin reprimenda alguna de los más bajos instintos albergados en las mentes de hordas enteras de enfermos mentales que dieron rienda suelta a todos sus impulsos criminales en Europa no terminó con el desmantelamiento a un gran costo y sacrificio del régimen de locura Nazi, porque la Alemania Nazi no sólo exportó tanto a la España fascista de Francisco Franco como al continente americano la peor clase de criminales que hayan habitado en Europa en el siglo XX, también exportó su propaganda ideológica capaz de convertir a gente normal en esta clase de demonios. En Latinoamérica, y particularmente en México, con esa misma literatura chatarra exportada desde la Alemania Nazi y la España fascista hoy mismo se está indoctrinando en el seno de terribles y clandestinas organizaciones secretas de ultraderecha a nuevas legiones de jóvenes corrompiéndolos mentalmente para que se vuelvan tan brutales, tan despiadados, tan sádicos, tan inhumanos y tan criminales como las bestias europeas de ayer a las que se les está enseñando a idolatrar dentro de organizaciones secretas como la Organización Nacional del Yunque y los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara en donde permanece viva la antorcha de la locura legada por Adolfo Hitler y Francisco Franco a las juventudes del continente americano. Ante estas amenazas crecientes son a las que se habrá de tener que enfrentar la humanidad tarde o temprano de manera directa en este Tercer Milenio antes de que puedan tener la oportunidad de hundir al planeta en una nueva era de tinieblas. Ante los monstruos modernos de hoy que están siendo fabricados secretamente en los centros de “indoctrinación” como los que hay en Guadalajara, México, habrá que hacer frente tarde o temprano, porque la Historia ya nos ha enseñado lo que esta clase de gente es capaz de hacer cuando sus líderes megalómanos tienen todo el poder en sus manos.
Axact

Anxius Veritas - Equipo de Redacción

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