Desde su fundación como admiradores y continuadores de la obra de Hitler, con literatos revisionistas prietos como Salvador Borrego ensalzando a los Nazis en su doctrinario ultraderechista Derrota Mundial, los neo-fascistas mexicanos que empezaron como cristeros en los años veinte del siglo XX y que terminaron como pseudo-nazis mexicanos tras la derrota de Hitler han enfrentado un dilema entre su fervorosa adoración al Führer y su piel morena, a sabiendas de que Hitler consideraba a los no-arios como biológicamente inferiores e indignos de vivir excepto para servir como esclavos al ario rubio. De alguna manera estos enajenados se las han arreglado para fingir demencia ante este contraste brutal imaginándose a sí mismos como nacional-socialistas mexican style, pero ello no quita que la continuación de la farsa los ha convertido en verdaderos payasos. Naturalmente, cuando se ven en el espejo, lo que ven son unos auténticos “nacionalistas”, no a los payasos en que se han convertido.
Los morenazis, sobre todo los que han sido engullidos por la siniestra sociedad ultraderechista Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, deberían de tratar de abrir un poco sus mentes cerradas y tratar de absorber información como la que aparece en el siguientetrabajo:
Los morenazis: con la suástica por dentro
Mileno online
Ari Volovich
15 de febrero del 2009
El Führer tiene sus adeptos en diversas partes del mundo. Ellos se disputan la definición de pureza racial donde el color si importa.
Danny Balint viste una chaqueta militar que lleva las insignias de la SS nazi; su fluido monólogo es registrado por la grabadora de un reportero del The New York Times. El joven neonazi habla sobre la jerarquía de las razas, sobre la supremacía de los cristianos blancos y de la amenaza judía. “Eres increíblemente articulado”, confiesa el sorprendido reportero. “Pero, ¿cómo puedes creer en todo esto cuando tú mismo eres judío?”, pregunta el joven periodista en una de las escenas más impactantes de The Believer (2001), una película que narra la historia de un militante que esconde y reprime su bagaje cultural para encajar en las filas de la ideología neonazi.
El personaje de Danny Balint no es un producto enteramente ficticio. Está basado en Danny Burros, quien formaba parte del American Nazi Party y que finalmente se voló los sesos en 1965 después que el reportero McCandlish Phillips —también del The New York Times— diera a conocer la identidad judía de este ejemplo extremo del wannabismo. “Me interesa el lado más provocativo del tema, el que alguien pueda ser judío y nazi a la vez”, dijo en una entrevista Henry Bean, director de ese controvertido largometraje.
Hace un año, en las inmediaciones del Laboratorio de Arte Alameda, me encontré por primera vez con un neonazi mexicano. El descubrimiento me hizo oscilar entre la risa y una fuerte sensación de absurdo. Posiblemente mi piel blanca y mis ojos azules lo motivaron a preguntarme con tono expectante cuál era mi país de origen. Su rostro no pudo ocultar la decepción cuando le respondí que Israel. “Ah, pos no nos vamos a poder llevar; yo soy nazi”, me aseguró, tibiamente, señalando la suástica que llevaba en su cinturón.
Intenté visualizar a aquel moreno regordete, de ojos saltones, sobre los carteles de propaganda aria o marchando en los imponentes desfiles militares del Tercer Reich a la vez que me venía a la mente una fuente inagotable de malas bromas. Después de este breve encuentro con la incongruencia me pregunté si acaso el sujeto ignoraba el hecho de que los inmigrantes mexicanos figuraban entre las víctimas favoritas de los neonazis en Estados Unidos.
Tal parece que el síndrome Daniel Burros se ha infiltrado a este lado de la frontera. La lista de agrupaciones neofascistas en México ha crecido; Eugenia Jiménez Cáliz lo detalló en este mismo espacio (MILENIO Semanal, No. 500, 07 -05-2007). La novedad es la cómica polémica que se ha desatado entre grupos de neonazis blancos contra los denominados morenazis omorenarios (términos despectivos utilizados por los primeros para referirse a los nacional-socialistas mestizos o de rasgos étnicos distintos a los caucásicos puros). El debate cibernético se dio a raíz de una delirante teoría racista expuesta en el sitio webde Último Reducto —una organización morenazi encabezada por Carlos Roger Priego Huesca— para justificar su derecho a denominarse como un grupo nacional-socialista.El siguiente es un fragmento publicado enwww.ultimoreducto.com: “La genética determina no solamente el aspecto físico y fisiológico, sino también el comportamiento, el sentido moral y el pensamiento de un ente. Durante la transmisión hereditaria, esas cuatro cosas pueden disociarse según las leyes de Mendel. Resulta que podemos tener un hombre rubio con ojos azules, grande, etcétera, de tipo exterior totalmente germánico, pero de sentimiento, comportamiento y pensamiento totalmente semítico. Al contrario, hombres de tipo semítico pero de mente y comportamiento totalmente germánicos. Así los pequeños españoles de tipo semita pero de comportamiento totalmente germánico iban a luchar contra el bolchevismo a la URSS. Eso hay que decir a los paliduchos que andan por ahí cantando el himno gringo […] Lo que importa no es la genética física, sino el corazón y la genética mental y comportamiento” (re-sic).La declaración arrancó una reacción inmediata por parte de grupos neonazis latinoamericanos. He aquí la respuesta de uno de éstos. “Por medio de la presente, Visión Blanca —un portal cibernético neonazi que promueve la supremacía blanca y denuncia a los denominados morenarios— hace constar que: bien sabido es que nosotros hemos denunciado tanto a UR, como al señor Carlos Roger Priego Huesca debido a la incorporación a las filas de UR (grupo supuestamente NS) de individuos que nada tienen que ver con el NS (es decir, individuos no caucásicos), y a la promoción que UR hace del NS entre mestizos e indios. Asumimos enteramente la responsabilidad de la lucha que hemos emprendido contra UR y el señor Carlos Roger Priego Huesca, y no vamos a ceder en nuestro empeño de dar a conocer a la escena NS a nivel mundial de que forma UR y Carlos Roger Priego Huesca han tergiversado y mixtificado el ideal NS a conveniencia”.La respuesta de www.stormfront.org (otra organización neonazi) es menos sutil: “No existe la ’sangre NS’, lo que existe es la sangre caucásica, y sólo los caucásicos podemos ser NS. La única ’sangre NS’ que se encuentra presente en la casa de los indios, es de los caucásicos que habitamos estas latitudes. Hasta donde yo sé, el proyecto de Estado que Hitler esbozó fue un proyecto de Estado racista, donde la eugenesia era algo de suma importancia para la conservación y expansión de la raza, por lo que eso de que ‘lo que importa no es la genética física, sino el corazón y la genética mental y comportamiento’ es una tontería, e inclusive es un argumento que atenta contra los principios nacionalsocialistas. Si lo que importara fuera el corazón y las buenas intenciones, entonces llenemos a Europa de negros, asiáticos y judíos con buenas intenciones. Ahora resulta que cualquier indio cuyo color es más oscuro que la suela de mi bota pero que sabe comportarse en sociedad, y que desarrolla algunos valores como la honestidad, el honor, etcétera, es un buen candidato para ser NS. ¿Qué diría el Führer si escuchara toda esta sarta de tonterías? [...] Además debemos recordar que Hitler en Mein Kampf, al hablar sobre América Latina, considera que la causa del subdesarrollo que se sufre en dicha región es la mezcla racial. Nadie está promoviendo una campaña de odio racial, lo único que queremos es que se entienda que el Nacionalsocialismo es inherente al hombre blanco, y si al momento de explicar esto herimos susceptibilidades y generamos odio, eso se debe a que no han comprendido la ideología nacionalsocialista”.
En otro foro de discusión en la red encontré la contestación de un morenazi en lo que ha sido la primera vez que soy testigo de la hipersensibilidad de un nazi frente a manifestaciones racistas: “Como mexicano que soy, me da vergüenza leer estupideces como las tuyas. Entiende que el ser nazi no significa ser un racista”. (¿?)
“El racismo es para aquellos pobres estúpidos que no tienen una amplia cultura, pues aunque seas blanco eso no te hace mejor que los morenos. No necesito a un idiota que piense que es mejor que otros sólo por el color de su piel”.
“¡Saludos! camaradas Blancos”, contesta otro usuario de este mismo foro. “Exijo respeto al movimiento, no tiene por qué desvirtuarse con cretinos que creen que por llevar una suástica son parte de nuestro movimiento. Es tu obligación como integrante de este naciente movimiento en México parar a los simios con este tipo de insignias y exigirles respeto al símbolo que tratan de falsear a un círculo de moda. Suplico a todos los morenos que se unan a otro grupo apto para ellos como los amigos de África, o el club de Calimba (sic), pues el verdadero movimiento Skinhead NS no les da la cabida. ¡Fuera de aquí!”, advierte este vocero de la “raza superior” para cumplir con un intercambio de analfabetismo racial que amenaza con extenderse ad infinitum.
Me pregunto en qué mundo vivimos cuando un judío se ve obligado a intervenir a favor de la postura de un grupo neonazi. Aunque, si bien sería completamente cierto calificar a losmorenarios como un grupo conceptualmente errado debido a las irregularidades de su discurso en comparación con las exigencias raciales impuestas por la ideología nacional-socialista, los neonazis quedan igualmente expuestos ante el ridículo: las dos facciones de este conflicto caricaturesco pueden dar por sentado que en el fondo ambas comparten un desprecio orgullosamente descarado hacia el humanismo y la misma habilidad para repeler el conocimiento lógico y abrazar el dogma con su militantismo atroz. Una vez más, la realidad supera a la ficción. Danny Balint al menos se mostraba reflexivo.
¿Era el Zar de la Ultraderecha Antonio Leaño Alvarez del Castillo, el fundador de la sociedad secreta Tecos y de la conspiración nacional para infiltrar al gobierno de México controlándolo por dentro, un rubio alto y musculoso de ojos azules con un cociente intelectual de 200? ¡Desde luego que no! No se habría podido blanquear su piel prieta aunque se hubiese sometido a los tratamientos aclarantes a los que se presume que se sometió Michael Jackson en su obsesión por convertirse en blanco. Esto mismo es lo que convirtió al principal patriarca de la extrema derecha de México en un verdadero payaso, quizá el más grande de todos, sobre todo al financiar la publicación de libros y panfletos alabatorios del Nazismo. Los primeros que le negarían mérito alguno a este payaso serían los arios caucásicos norteamericanos de Stormfront. Y aunque ya está muerto, el mismo Hitler le habría hecho ver a este payaso morenazi su futilidad en tratar de convertirse en un auténtico y verdadero “ario”. Bien podemos imaginarnos al Führerdirigiéndose no sólo a este payaso sino a todos los seguidores del payaso mayor de Guadalajara con las siguientes palabras:
“¡Miserable insecto mexicano! ¿Quién te crees que eres cuando aspiras a ser como yo, un verdadero ario? Yo soy germánico, descendiente de germánicos, una raza superior a la mexicana. Mi raza es superior a la tuya, y por lo tanto yo soy superior a tí. Nada de lo que hagas a favor de la causa nacional-socialista o en contra de los judíos a los cuales detesto por ser inferiores te hará igual a mí, porque la superioridad se lleva en la sangre, no en el espíritu ni en el corazón. Haces bien en admirarme; haces bien en enseñarle a los tuyos a admirarme, porque yo debo ser admirado por mi superioridad. También haces bien en promover mi causa y mis ideales, porque tú como el hombre inferior que eres debes servir en todo momento a los deseos y anhelos de alguien que es superior a tí, alguien como yo. Naciste para servirme a mí, los tuyos nacieron para servirme a mí, y esto ni tú ni tus seguidores lo pueden cambiar porque ya es una cosa biológica que se lleva en la sangre. No se te ocurra ni siquiera por un momento mezclarte con una mujer aria, mezclar tu sangre inferior con la sangre superior de una aria con la finalidad de mejorar tu raza, porque la mejora de tu raza requiere algún envilecimiento de la mía, y esto los nacional-socialistas arios no lo podemos permitir. Los arios debemos conservar nuestra raza pura. Estamos obligados a no permitir que nuestra raza superior se pueda contaminar con tus genes inferiores mexicanos. Esto significa que no solo tú sino también todos los tuyos se deben resignar a ser inferiores por siempre. Esto no es culpa mía, es culpa de la Naturaleza o como quieras llamarle. Tus hijos mexicanos nacerán para servir a los hijos de los arios, al igual que tus nietos mexicanos nacerán para servir a los nietos de los arios. Esto no lo debes cambiar ni te permitiré que lo cambies. Haces bien en oponerte también al aborto, pero debes tener en claro que el aborto que constituye un crimen es el aborto de los arios, no el aborto de los seres inferiores como tú y tus familiares cercanos. No veo problema alguno en el aborto de fetos mexicanos como tampoco ví problema alguno en el aborto practicado por mujeres judías en mi Alemania nacional-socialista en la cual las únicas que estaban autorizadas para abortar legalmente eran las judías. No hay objección de parte mía en que tú o cualquiera de tus seguidores hagan abortar a sus esposas mexicanas embarazadas por cuestiones de planificación familiar, porque al final de cuentas el aborto de un ser inferior como el mexicano no constituye un crimen, no constituye nada excepto el impedir que otro ser inferior pueda llegar al mundo. Naturalmente, hasta en esto hay ciertos límites, porque los arios necesitaremos servidumbre al igual que los romanos necesitaban esclavos que los atendieran, los arios no podemos permitir que tú y los tuyos auto-extingan la raza mexicana ya que, por inferior que sea, y lo es, se requieren sus servicios para trabajos duros y trabajos domésticos que los arios no nacimos para llevar a cabo. El ario nació para ser un semi-dios adorado e idolatrado por quienes solo pueden aspirar a ser como el ario pero que nunca llegarán a serlo. Nunca pierdas esto de vista, nunca olvides lo que te estoy diciendo, si es que realmente tiene en tan alta estima todo aquello por lo cual luchaba yo como quedó plasmado en mi libro Mein Kampf. Y ahora, retírate de mi vista, no me quites más mi tiempo, que tengo cosas más importantes que hacer con mi tiempo que perderlo en una discusión irrelevante con un mexicano moreno que es inferior a mí y que por ser inferior a mí no me debe quitar mi tiempo valioso y por el contrario debe de estar al pendiente de todo lo que yo necesite y todo lo que se le ordene porque lo que sea bueno para el ario superior será también bueno para el moreno mexicano inferior al cual algunas migajas que habré de darle en mi generosidad a cambio de sus servicios y su lealtad le habrán de tocar.”
Sin lugar a dudas, todo un payaso, al igual que los que lo siguen venerando y siguen continuando con su funesto legado desde Guadalajara hoy en día.
Por cierto, a los morenazis de corte cristero (entre los cuales se cuenta Salvador Borrego, el literato revisionista mexicano que elaboró el mamotreto Derrota Mundial con el cual lloró a raudales la derrota de su ídolo Hitler), lo cual incluye a los morenazis que año tras año se reúnenen la Feria Internacional del Libro en la ultraderechizada ciudad de Guadalajara para promover su admiración a Hitler y sus prejuicios antisemitas, tal vez no se han dado cuenta de una cosa:
¡La Virgen de Guadalupe es morena! Sin cabellos rubios, sin ojos azules, habiendo adoptado en su manifestación a Juan Diego una imagen indígena con la cual los pueblos indígenas de la Nueva España se podían identificar plenamente, una imagen que el mismo Hitler repudiaría con solo verla. Esto es algo que debería de poner a reflexionar y a pensar a todos aquellos que son seleccionados para ingresar a la clandestina sociedad ultraderechista Tecos o a la temible Organización Nacional del Yunque, sobre todo aquellos que son guadalupanos para los cuales simple y sencillamente no habrá forma lógica de poder reconciliar toda la basura que les van a tratar de meter en la cabeza con la veneración que le profesan a la Virgen del Tepeyac.
Por cierto, a los morenazis de corte cristero (entre los cuales se cuenta Salvador Borrego, el literato revisionista mexicano que elaboró el mamotreto Derrota Mundial con el cual lloró a raudales la derrota de su ídolo Hitler), lo cual incluye a los morenazis que año tras año se reúnenen la Feria Internacional del Libro en la ultraderechizada ciudad de Guadalajara para promover su admiración a Hitler y sus prejuicios antisemitas, tal vez no se han dado cuenta de una cosa:
¡La Virgen de Guadalupe es morena! Sin cabellos rubios, sin ojos azules, habiendo adoptado en su manifestación a Juan Diego una imagen indígena con la cual los pueblos indígenas de la Nueva España se podían identificar plenamente, una imagen que el mismo Hitler repudiaría con solo verla. Esto es algo que debería de poner a reflexionar y a pensar a todos aquellos que son seleccionados para ingresar a la clandestina sociedad ultraderechista Tecos o a la temible Organización Nacional del Yunque, sobre todo aquellos que son guadalupanos para los cuales simple y sencillamente no habrá forma lógica de poder reconciliar toda la basura que les van a tratar de meter en la cabeza con la veneración que le profesan a la Virgen del Tepeyac.
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